La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) precisó que la Iglesia católica intensifica su labor frente a la escalada de violencia, dado que entre el 10 y el 11 de mayo pasado se registraron 2 nuevos ataques islamistas en la provincia de Cabo Delgado, Mozambique. Los autores de las agresiones son grupos armados presuntamente relacionados con el Estado Islámico.
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Suscríbase al boletín de VenLEl obispo de la Diócesis de Teté, Diamantino Antunes, lamentó tanta destrucción y rogó a los creyentes del país que «abran sus corazones» para recibir a los desplazados. «Recen por ellos y apoyen con su generosidad a quienes los están ayudando», indicó el prelado, tras lamentar la destrucción de muchas obras públicas y sociales, incluidas capillas. AIN envió ayudas de emergencia a la Diócesis de Pemba.
Indicó que además llevó adelante proyectos pastorales para los desplazados y de asistencia psicosocial para las víctimas del islámico. La ciudad de Macomia y los pueblos de Cajerene y Missufine son los últimos afectados por las bandas criminales. Esto provocó que empeore aún más la crisis de desplazados en la región, por lo que cientos de personas huyeron para buscar refugio en el monte o en otras localidades seguras.
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