El hermanamiento entre el Santo Sepulcro de Jerusalén y el Santuario de los Capuchinos se llevó adelante como signo de gratitud y para sellar la profunda comunión que se creó entre la Custodia y la Provincia de los Capuchinos de Calabria. Fray Stéphane Milovitch, superior latino del Santo Sepulcro, viajó a Cosenza por la novena del Santísimo Crucifijo, llevando como regalo una reliquia del Calvario y 3 reliquias de Getsemaní. La celebración para la comunidad capuchina abrió una historia de colaboración y proyectos pastorales en común con la Custodia de Tierra Santa.
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Suscríbase al boletín de VenL«Vivimos un momento muy fuerte. Este vínculo que se estableció entre nuestro santuario, el Santísimo Crucifijo y la Basílica del Santo Sepulcro. Aquí hay 2 lugares que quieren recordarnos el gran amor de Dios. Esta iglesia nuestra que conserva la devoción al Santísimo Crucifijo quiere recordarnos que el verdadero amor pasa por la cruz. Por eso, este hermanamiento que sellamos hoy con la basílica del Santo Sepulcro quiere expresar también un vínculo perenne para la ciudad de Cosenza. Con el misterio del amor de Dios», afirmó fray Giovanni Loria, ministro provincial de los Capuchinos de Calabria.
Fray Stephane Milovitch, guardián del Santo Sepulcro de Jerusalén, aseguró que «este hermanamiento tiene como objetivo demostrar una unión entre este santuario y Tierra Santa». «Y crear intercambios entre unos y otros. Tuvimos un hermoso día, pudimos ver cómo nuestros hermanos capuchinos son queridos en esta ciudad. Esta ciudad consigue, impulsada por su fe, vivir en solidaridad con los más pobres. Debo decir que esto me tocó mucho en mi fe, ver hasta qué punto algunos jóvenes dan tanto gratuitamente a otros, precisamente impulsados por esa fe que recibieron en este santuario», enfatizó.
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