«HA RESUCITADO, NO ESTÁ AQUÍ».
Por Fray Tuk.
Marcos 16, 1-8
Pasado el sábado, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé compraron perfumes para ungir el cuerpo de Jesús. A la madrugada del primer día de la semana, cuando salía el sol, fueron al sepulcro. Y decían entre ellas: «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?». Pero al mirar, vieron que la piedra había sido corrida; era una piedra muy grande.
Al entrar al sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca. Ellas quedaron sorprendidas. pero él les dijo: «No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Miren el lugar donde lo habían puesto. Vayan ahora a decir a sus discípulos y a Pedro que él irá antes que ustedes a Galilea; allí lo verán, como Él se lo había dicho». Ellas salieron corriendo del sepulcro, porque estaban temblando y fuera de sí. Y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.
SAN AGUSTÍN DE HIPONA. Sermón 233, 3-4.
HA RESUCITADO, NO ESTÁ AQUÍ.
«Murió, pero dio muerte a la muerte; puso término en sí mismo a la muerte que temíamos; la tomó sobre sí y le causó la muerte; como el mejor cazador, capturó al león y lo mató. ¿Dónde está la muerte? Búscala en Cristo; ya no existe; pero existió y murió en él. ¡Oh Vida, muerte de la muerte! Levantad vuestro ánimo: la muerte morirá también en nosotros. Lo que fue por delante en la cabeza, se repetirá en los miembros; también en nosotros morirá la muerte. Pero ¿cuándo? Al fin del mundo, en la resurrección de los muertos, en que creemos y sobre la que no abrigamos duda alguna. Pues quien crea y se bautice, ése estará sano. Lee a continuación lo que has de temer: En cambio, quien no crea se condenará. Por tanto, la muerte morirá en nosotros y vivirá en los condenados».