El gobierno sandinista de Daniel Ortega amenaza con cárcel al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, tras ordenar a la policía iniciar una «investigación» contra el prelado, al ser acusado de supuestamente intentar «organizar grupos violentos» con el fin de alterar la paz y desestabilizar al «Estado de Nicaragua». Álvarez es uno de los prelados más críticos por denunciar las violaciones a los derechos humanos en el país.
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Suscríbase al boletín de VenLLa Policía de Nicaragua acusó a las autoridades de la Iglesia católica en Matagalpa, y específicamente a Álvarez, de «utilizar medios de comunicación y redes sociales» para intentar «organizar grupos violentos, incitándolos a ejecutar actos de odio en contra de la población, provocando un ambiente de zozobra y desorden, alterando la paz y la armonía en la comunidad», en una nota de prensa del 5 de agosto pasado. Indicó que presuntamente esas acciones tienen el «propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales». Los agentes confirmaron que ya «inició un proceso de investigación, con la finalidad de determinar la responsabilidad penal de las personas involucradas».
🔴 URGENTE | La dictadura abre «proceso de investigación» contra monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa. Ortega y Murillo le fabricarán delitos a una voz profética. @mbachelet @PauloAbrao @cefeche @zovatto55 @vivancoJM #Nicaragua pic.twitter.com/c8wQxIHEuN
— Elmer Josué Rivas (@ElmerJRivas) August 6, 2022
Enfatizó que «las personas investigadas se mantendrán en sus casas». Álvarez, además de 6 sacerdotes y 6 laicos, están rodeados por decenas de policías antidisturbios desde el miércoles 3 de agosto y son retenidos en la Curia Episcopal de Matagalpa, desde cuando fueron impedidos de salir para celebrar la Misa. Ortega también ordenó cerrar violentamente 8 emisoras de radio católicas desde el 1 de agosto pasado. El prelado, después que el gobierno sandinista lo amenaza con cárcel, aseveró en una reciente homilía que no sabe «de qué» pueda estar siendo investigado, pero que los policías deben «estar haciendo sus propias conjeturas». «Aquí estamos reunidos y retenidos. Estamos siempre con la fuerza interior, la paz en el corazón y la alegría que el resucitado nos da, la alegría de aquel que nos dice ánimo, soy yo, no tengan miedo», afirmó.
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