Francisco ratifica que el Instituto para las Obras de Religión (IOR), comúnmente conocido como ‘Banco Vaticano’ tendrá a partir del 1 de septiembre próximo la competencia exclusiva en la gestión de activos financieros de la Santa Sede y de instituciones vinculadas. El IOR tendrá jurisdicción sobre la gestión de los bienes y se convertirá en el custodio de todos los bienes muebles de la Santa Sede y de las instituciones relacionadas, tal como lo establece un rescripto papal publicado en ‘L’Osservatore Romano’, el martes 23 de agosto, que entra en vigor inmediatamente.
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La Oficina de Prensa de la Santa Sede publicó el Rescripto del Pontífice sobre la instrucción relativa a la administración y gestión de los activos financieros y liquidez de la Santa Sede y de las instituciones relacionadas con ella. El Papa decidió hacerlo a través de un Rescriptum ex audientia tras una audiencia concedida al cardenal y secretario de Estado, Pietro Parolin, el lunes 22 de agosto. Ordenó que los cambios en la gestión financiera de la Santa Sede promulgados en la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, se interpreten de manera precisa y que tengan «una fuerza firme y estable».
El Pontífice aclaró que el artículo 219, párrafo 3, de la Praedicate Evangelium «debe interpretarse en el sentido de que la actividad de gestión de bienes y custodio del patrimonio mueble de la Santa Sede y de las Instituciones relacionadas con la Santa Sede es responsabilidad exclusiva del Instituto para las Obras de Religión». Francisco, que ratifica la función que tendrá ‘Banco Vaticano’, estableció que «la Santa Sede y las instituciones vinculadas que posean activos financieros y activos líquidos, cualquiera que sea su forma, en Instituciones financieras distintas del IOR, deberán informar al IOR y transferirlos a éste lo antes posible en un plazo de 30 días a partir del 1 de septiembre de 2022».
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