Francisco nombra obispo de Avellaneda-Lanús a Marcelo Julián Margni, de 49 años, hasta ahora obispo auxiliar de Quilmes, cuya noticia la dio a conocer la Oficina de Prensa de la Santa Sede el sábado 7 de agosto. La jurisdicción eclesiástica bonaerense quedó vacante hace un año tras la renuncia del prelado Rubén Oscar Frassia que aceptó el Papa. El presbítero Rubén Oscar López gobernó pastoralmente este tiempo en calidad de administrador diocesano.
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Margni, nombrado obispo auxiliar de Quilmes 5 de diciembre de 2017, nació en Avellaneda el 12 de septiembre de 1971. Estudió en el seminario de la diócesis de Quilmes y fue ordenado sacerdote el 24 de septiembre de 1999. Se licenció en Teología con especialización en Pastoral Juvenil y Catequesis en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma. Fue vicario parroquial de la Sagrada Familia en Berazateguí, de San Cayetano en Quilmes Oeste, de San Martín de Porres en Florencio Varela, de la Exaltación de la Cruz de los Quilmes en Ribera de Quilmes y de la Catedral de Quilmes; párroco de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en Bernal Oeste; director del Instituto Diocesano de Catequesis San Pablo Apóstol, director pastoral de la Parroquia Nuestra Señora de Itatí, vicario episcopal de Evangelización, rector del Seminario Diocesano y miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores, tal como precisó ‘Vatican News’.
«Paz a ustedes. Permítanme que estas primeras palabras del Resucitado a su comunidad, que los obispos usamos con frecuencia en las celebraciones, sean también mis primeras palabras y mi saludo entre ustedes en este día», precisó el prelado en el saludo que envió a la diócesis de Avellaneda-Lanús y en el que valoró agradecido a la comunidad de Quilmes. «Hace pocos días recibí el pedido del Papa Francisco de ser obispo de esta diócesis de Avellaneda-Lanús, destino que acepté con asombro y gozo. No esperaba esta designación. Los últimos años, en los que he acompañado como obispo auxiliar a monseñor Carlos Tissera, me han regalado una experiencia valiosa de fraternidad episcopal, e imaginaba finalizar junto a él su servicio pastoral en Quilmes durante los próximos 5 años. Pero me siento honrado por la confianza del Papa y asumo esta misión con alegría y humildad, consciente de mis límites en esta hora desafiante de la historia», precisó. «En medio de ustedes quisiera ser servidor de esta Iglesia que busca vivir ‘con un solo corazón y una sola alma’, que no se cansa de hacer el bien, que se pone humildemente a la escucha de lo que el Espíritu está diciendo hoy a las iglesias y asume con entusiasmo el desafío apasionante de anunciar la esperanza del Evangelio», deseó.
Recordó de modo especial a los que lo precedieron en este ministerio, al agradecer en particular a Frassia, obispo emérito de Avellaneda-Lanús. También dio las gracias a López, administrador diocesano, por «haberse puesto al hombro la ardua tarea de animar el camino diocesano a lo largo de todo este año». «Agradezco también al presbiterio, a los diáconos y sus familias, a los religiosos y religiosas, a los seminaristas, a tantas mujeres y varones comprometidos en servicios pastorales, y a las comunidades de toda la diócesis, que vienen rezando por el nuevo obispo. Espero con ansias el encuentro con todos ustedes. Les pido que no dejen de rezar por mí», sostuvo Margni, tras invocar la intercesión de Nuestra Señora de la Asunción y santa Teresa de Jesús, patronas de la diócesis, de san José, del santo Cura Brochero y de san Cayetano, y de los siervos de Dios Eduardo Pironio y Jorge Novak.
Compartimos la carta de monseñor Julián «Maxi» Margni, quien saluda fraternalmente al Pueblo Fiel de Dios de la diócesis Avellaneda-Lanús. Rezamos por él, su nueva misión y la fecundidad de su servicio.#Comunicación #CEA pic.twitter.com/Vb9Sru7jrP
— Conferencia Episcopal Argentina (@EpiscopadoArg) August 9, 2021
Saludo del obispo Margni en PDF.
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