Francisco precisó que «la libertad religiosa es violada, a veces pisoteada en muchos lugares», al recibir en audiencia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico a los 120 participantes en el congreso titulado ‘Solidaridad Internacional Trinitaria’, el lunes 25 de abril. El Papa agradeció el trabajo de la Orden de la Santísima Trinidad a la que animó a seguir con la colaboración con otras instituciones que comparten su objetivo «de flagrante actualidad».
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El Pontífice, tras manifestar su aprecio acerca de cómo supieron actualizar el carisma de la Orden «dando vida a esta organización, que defiende la libertad religiosa no de forma teórica, sino atendiendo a las personas perseguidas y encarceladas a causa de su fe», destacó que no les falta el estudio y la reflexión, que se expresan también en el ámbito académico a través del curso de estudios sobre la libertad religiosa en el Angelicum, cátedra que lleva el nombre de su fundador San Juan de Matha. Reiteró que «Juan de Matha fue llamado por Cristo a dar su vida por la liberación de los esclavos, tanto cristianos como musulmanes; no quiso hacerlo solo, individualmente, sino que fundó para ello una nueva Orden, una orden ‘en salida’». Reflexionó que Jesús fue enviado por el Padre y movido por el Espíritu Santo, de manera que «en él actúa toda la Trinidad».
«Y la obra de Dios Amor, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es la redención del hombre: por esto Cristo derramó su sangre en la cruz. Como rescate por nosotros. Esta obra se prolonga en la misión de toda la Iglesia. Pero en su Orden encontró una expresión singular, peculiar, yo diría literal es decir, el compromiso por el rescate de los esclavos», indicó. «Lamentablemente este carisma es de flagrante actualidad. Tanto porque incluso en nuestro tiempo, que se jacta de haber abolido la esclavitud, en realidad son muchos, demasiados, los hombres y las mujeres, incluso los niños reducidos a vivir en condiciones inhumanas, esclavizados. Y porque, como bien señala su congreso, la libertad religiosa es violada, a veces pisoteada en muchos lugares y de diversas maneras, algunas crudas y obvias, otras sutiles y escondidas», aseveró el Papa Francisco.
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