Francisco sostuvo que «Jesucristo es la Palabra eterna con la que el Padre nos bendijo ‘cuando aún éramos pecadores’ —Rom 5,8— dice san Pablo: Palabra hecha carne y ofrecida por nosotros en la cruz», durante la audiencia general del miércoles 2 de diciembre, que se realizó en la Biblioteca del Palacio Apostólico sin la asistencia de fieles por las nuevas medidas frente a la pandemia de coronavirus.
El Pontífice precisó que el pecado afecta al ser humano y lo hace “capaz de propagar el mal y la muerte en el mundo; pero nada podrá borrar la primera huella de Dios, una huella de bondad que Dios ha puesto en el mundo: la capacidad de bendecir y el hecho de ser bendecido», al reflexionar sobre la bendición, una dimensión esencial de la oración.
El Papa Francisco afirmó en la audiencia general que Jesucristo, que es la Palabra eterna, es la bendición para toda la humanidad. «La gran bendición de Dios es Jesucristo, es el gran regalo de Dios, su Hijo. Es una bendición para toda la humanidad, es una bendición que nos ha salvado a todos», indicó Francisco.
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