Francisco indicó que a la Iglesia en Alemania la quiere «católica», durante la rueda de prensa concedida a los periodistas que lo acompañaron en su viaje apostólico a Baréin, el domingo 6 de noviembre, al alentar a los católicos alemanes a renovar la audacia apostólica basada en el Evangelio y «a partir del encuentro con Jesucristo». El Papa concluyó su viaje apostólico a Baréin, país de mayoría musulmana, al que llegó el 3 de noviembre pasado, para participar en el ‘Foro de Bahrein para el Diálogo: Oriente y Occidente por la convivencia humana’, en el Palacio Real de Sakhir, en la plaza de Al-Fida.
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El Pontífice reconoció que «Alemania tiene una antigua historia religiosa» y citó en alemán al filósofo Martin Heidegger «Viele haben sie verlernt… viele haben sie verlernt» —«Muchos lo han olvidado… muchos lo han desaprendido»— para después añadir que «su historia religiosa es grande, complicada, de luchas», al responder al periodista enviado por la agencia católica KNA. «Yo digo a los católicos alemanes: Alemania tiene una gran iglesia evangélica, no me gustaría otra que no fuera tan buena como esa, la quiero católica en fraternidad con la evangélica», aseguró. El Papa Francisco, al dirigirse a la Iglesia en Alemania, lamentó que en ocasiones «perdemos el sentido religioso del Santo Pueblo fiel de Dios y caemos en discusiones éticas, en discusiones de coyuntura, en discusiones políticas eclesiásticas, en discusiones que son consecuencias teológicas pero que no son el núcleo de la teología».
Animó a buscar «qué piensa el pueblo fiel de Dios, qué siente, ir allí a buscar qué piensa, ir allí, en esa simple religiosidad que encuentra en los abuelos». «No digo que se vuelva atrás, pero la fuente de inspiración está en las raíces. Todos tenemos una historia de las raíces de la fe, todos los pueblos la tienen. Reencontrarla», consideró. Asimismo, el Papa citó en alemán al poeta Friedrich Hölderlin con la frase «Dass dir halte der Mann, was er als Knabe gelobt» —«Para que el hombre mantenga lo que juró de niño»—, y agregó que «en nuestra infancia, en nuestra ilusión, hemos prometido muchas cosas, muchas cosas, ahora nos metemos en discusiones éticas, discusiones coyunturales». «La raíz de la conversión es la bofetada que te da el Evangelio, el encuentro con Jesucristo vivo y a partir de ahí todas las consecuencias, a partir de ahí la audacia apostólica, a partir de ahí ir a las periferias, incluso a las periferias morales de las personas para ayudarlas, pero a partir del encuentro con Jesucristo. Si no hay encuentro con Jesucristo habrá eticismo disfrazado de cristianismo», enfatizó.
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