Más de 300.000 peregrinos se acercaron hasta el monasterio de Santo Toribio de Liébana, en el norte de España, donde se custodia la mayor reliquia de la Cruz de Cristo que se conserva en el mundo, por el 74 Año Santo Lebaniego que se clausuró este domingo 14 de abril.
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El obispo de Santander, Arturo Ros, destacó que en el monasterio «se proclama y celebra el centro de la fe cristiana Jesucristo crucificado, muerto y resucitado». «En el centro Jesús. La reliquia está al servicio de la trasmisión del kerygma —primer anuncio— cristiano. El crucifijo es expresión de la fe en Jesucristo y del sentido salvífico de su muerte y resurrección, de la misericordia», aseguró.
El prelado destacó, en este sentido, que «es determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio que viva y testimonie en primera persona la misericordia». «La primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo. De este amor que llega hasta el perdón y el don de uno mismo, la Iglesia se hace sierva y mediadora ante todos», enfatizó Ros.
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