EN LA FAMILIA APRENDEMOS A SER FELICES HACIENDO EL BIEN AL OTRO.
Por Rubén Revello.
Se necesita de un varón y de una mujer para formar una familia
La familia es un requerimiento biológico, se necesita de un varón y de una mujer. Es mentira que dos mujeres pueden engendrar un hijo. La realidad social también es importante. Necesitamos de una familia con la riqueza de lo masculino y de lo femenino, donde cada uno aporta algo, donde el estilo, el vínculo es distinto, entre la madre y el padre. Hace falta esto. Y el chico en su definición, en su maduración, en su constitución, necesita para poder optar incluso, un claro papel masculino y un claro papel femenino desde donde referenciarse y hacer sus propias opciones.
Se necesita coraje para defender la familia
Pero todo esto ha sido destruido. ¿Por qué? Por algo que decía Umberto Eco: no le temo a la humanidad mientras existan tres tipos de madera: la madera del púlpito —la religión—, la madera del pupitre —la educación— y lo más importante, la madera de la mesa familiar. Es allí donde se consolida la identidad humana de alguien. Es en una familia donde aprendemos a descubrir nuestros límites. Por eso hace falta ahondar el espíritu crítico, formar personalidades que no digan amén como las bestias del Apocalipsis a cada cosa que se les presenten. Que tengan el coraje de decir: «Esto no. Te respeto, convivo con vos, respeto tu modo de pensamiento, pero no me vas a imponer hegemónicamente lo que a vos se te ocurre».
Las palabras ‘padre’ y ‘madre’ han perdido valor
¿Cuál es el rol del padre? ¿Qué se espera de un padre? ¿Qué se espera de una madre en la sociedad? Las palabras ‘padre’ y ‘madre’ parecen que han perdido el valor que tenían. ¿A qué punto hemos dejado caer la humanidad? ¿Cómo en 100 años se ha perdido el sentido de familia? El aborto es tomado como la cosa más natural del mundo, es una opción más. ¿Cómo es una opción más? ¿Desde cuando la humanidad considera que asesinar a un inocente es una opción más?
Y ni les digo los ancianos. No hace muchos años atrás los abuelos formaban parte de la familia. Los abuelos tenían autoridad dentro de la familia. Los abuelos transmitían la historia familiar el amor a la patria, los valores religiosos, el orgullo de la propia familia, el origen. Tenían autoridad.
Reproducir el modelo de la Sagrada Familia
Yo sé que todo esto suena muy antiguo, pero es la realidad. Tenemos que sacarnos la venda de los ojos porque esto es como una niebla que nos va envolviendo, que nos va encerrando. Tenemos un rol, porque la providencia nos puso a la Sagrada Familia como patronos, de manera que quiere que promovamos la familia, que defendamos la familia, que sigamos proponiéndola como algo novedoso, como algo bueno para la humanidad. Que nos ocupemos de los matrimonios, de los ancianos, de los niños. Este es el rol que tenemos como familia, reproducir el modelo de la Sagrada Familia en nuestras vidas y proponerlo al mundo.
En la familia uno aprende a salir de sí mismo
Que cada uno conserve en su familia el cariño, el amor, el cuidado mutuo, la valoración del otro. Tracen entre ustedes un entramado fuerte que los sostenga en el momento de fragilidad, en el momento de la crisis familiar que siempre va a haber, en el momento de un hijo enfermo, en el momento de la ancianidad. El entramado familiar te hace de red de contención donde todos compartimos un poco el peso y la dificultad del vivir y hacemos que sea posible seguir adelante en los momentos de dificultad. Es en la familia donde aprendemos la abnegación, el postergarse porque uno quiere no porque me lo imponen. Y ser feliz viendo el bien que le hago al otro. ¿Qué hay mejor que esto, buscar el mutuo bien? Para esto hacen falta corazones entregados a Dios.
EN LA FAMILIA APRENDEMOS A SER FELICES HACIENDO EL BIEN AL OTRO.