La diócesis de Wilmington, a cargo del obispo William Koenig, reiteró que «ningún sacerdote u obispo católico rompería jamás el sello de la confesión bajo ninguna circunstancia», después de que un representante del estado de Delaware, Estados Unidos, presentó un proyecto de ley para derogar la privacidad entre el sacerdote y el penitente en caso de abuso. La jurisdicción eclesiástica reiteró que la confidencialidad del sacramento de la Reconciliación «no es negociable».
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«El sacramento de la confesión y el secreto de confesión es un aspecto fundamental de la teología y la práctica sacramental de la Iglesia. Ningún sacerdote u obispo católico rompería jamás el sello de la confesión bajo ninguna circunstancia. Hacerlo incurriría en una excomunión automática que sólo podría perdonar el propio Papa», aseguró, en un comunicado del 7 de marzo pasado. El proyecto de ley, HB 74, fue propuesto por el representante estatal demócrata Eric Morrison el 2 de marzo. Si finalmente se aprueba, modificaría el Título 16 del Código de Delaware relativo a la notificación obligatoria de abusos a menores.
La representante demócrata del estado de Utah, Angela Romero, presentó el 3 de marzo pasado un proyecto de ley similar al de Delaware. La jurisdicción eclesiástica enfatizó que, además de las ramificaciones religiosas del proyecto de ley que fue propuesto en Delaware, también es una violación «clara» de la Primera Enmienda «que el gobierno interfiera en esta práctica tan sagrada y antigua de nuestra fe». Sostuvo que la legislación sería difícil de cumplir, dado que la mayoría de las confesiones sacramentales son anónimas, al afirmar que en todas las demás circunstancias los sacerdotes son informadores obligatorios.
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