Las autoridades policiales dejaron en libertad a Younis Masih, un cristiano acusado de blasfemia, tras ser declarado inocente y absuelto de los cargos, en la zona de Faisalabad, en Punjab. En los últimos días, Masih fue detenido por cargos de blasfemia, derivados de una denuncia presentada por una mujer, Susan Fatima, que lo acusaba de irrumpir en su domicilio, agredirla y faltar al respeto al Corán. La familia de Fátima se convirtió al islam hace año y medio.
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Masih acudió voluntariamente a la policía para aclarar el incidente, tras ser denunciado. Los cristianos locales, junto con Masih, afirmaron su inocencia y aseveraron que se trataban de «acusaciones inventadas». Tras la entrevista con los investigadores, Susan Fatima también fue detenida para seguir con la investigación del incidente. Este hecho pone de relieve la necesidad de un escrutinio exhaustivo para determinar la responsabilidad y la verdad en los casos de posibles acusaciones de blasfemia.
«El caso de Masih sirve para recordar la importancia de unos procedimientos judiciales justos e imparciales y el peligro de las falsas acusaciones», aseguró la ONG Centro de Asistencia Jurídica y Asentamiento (CLAAS), dirigida por Nasir Saeed. «El caso de Younis Masih arroja luz sobre el abuso de las leyes contra la blasfemia en Pakistán. No se trata de un incidente aislado. Estos casos, si no se investigan, pueden tener consecuencias trágicas: algunos inocentes pueden languidecer en la cárcel durante muchos años o incluso ser asesinados», explicó Saeed.
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