La persecución en manos del gobierno sandinista contra la Iglesia en Nicaragua continúa, pese al diálogo entre el Vaticano y el gobierno de Daniel Ortega que se lleva adelante desde hace varios meses sin resultados fructíferos hasta ahora. Más de 10 de religiosos están detenidos, entre ellos el obispo de Matagalpa, y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, Rolando Álvarez, a quien Ortega acusa de intentar «organizar grupos violentos» e incitar al «odio» para «desestabilizar al Estado de Nicaragua».
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«Están negociando una salida para monseñor Álvarez, pero no hay una respuesta de Murillo», indicó una fuente católica, quien también sostuvo que el obstáculo sería Rosario Murillo, la esposa de Ortega y vicepresidente designada. Francisco admitió, en septiembre de 2022, que la Santa Sede mantiene un «diálogo» con Ortega, mientras continúa la persecución contra la Iglesia en Nicaragua. «En Nicaragua las noticias son claras, hay diálogo, se ha hablado con el gobierno. Hay diálogo, pero esto no quiere decir que se apruebe o desapruebe todo lo que hace el gobierno», afirmó el Pontífice. 2 fuentes del Vaticano y el presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, Carlos Herrera Gutierrez, confirmaron que el diálogo continúa, según ‘El Debate’.
El gobierno sandinista desató una mayor persecución contra la iglesia, dado que meses de diálogo no dieron resultado. 7 religiosos fueron declarados «culpables» de «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas en perjuicio del Estado de Nicaragua y la sociedad, y podrían ser condenados a 10 años de cárcel». El obispo de Danlí, Honduras, José Antonio Canales, consideró que el destierro o la cárcel son las 2 opciones que Ortega estaría ofreciendo para el obispo Álvarez, al hablar con ‘La Prensa’, tras sostener que el gobierno sandinista no quiere voces críticas en el país.
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