China prohíbe actividades religiosas en internet sin autorización del gobierno a partir del 1 de marzo de 2022, tal como precisó esta semana la Administración Estatal de Asuntos Religiosos del régimen comunista. La decisión, que representa una nueva ofensiva contra la libertad religiosa, es parte de las ‘Medidas administrativas para los servicios de información religiosa en Internet’ que fueron aprobadas por el Consejo de Estado de China, en colaboración con el Ministerio de Seguridad del Estado y otros ministerios.
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La medida manifiesta las directivas del presidente y secretario general del Partido Comunista de China (PCCh), Xi Jinping, quien a comienzos de diciembre, durante una conferencia religiosa nacional, afirmó que pretende mejorar el supuesto ‘control democrático’ sobre las religiones en el país de Asia Oriental. El mandatario consideró que los credos deben adaptarse a la ‘China socialista’, mientras que los fieles deben unirse en torno al PCCh y al gobierno y rechazar toda influencia extranjera. La iniciativa obliga a las organizaciones y las personas que deseen publicar información religiosa en internet a enviar una solicitud al Departamento de Asuntos Religiosos. El régimen establece que los sermones, prédicas, las ceremonias y las actividades de formación religiosa únicamente se pueden transmitir en línea después de una licencia específica, además de aseverar que no se puede realizar recaudaciones de fondos «en nombre de la religión» por internet.
La actividad religiosa en línea también está prohibida para organizaciones extranjeras que operan en China. Las nuevas reglas de China, con las que prohíbe las actividades religiosas, sostienen que la información religiosa en internet no debe «incitar a la subversión del poder del Estado, oponerse a la dirección del Partido, socavar el sistema socialista, la unidad nacional y la estabilidad social». En cuanto a la Iglesia católica, la firma en 2018 —y la renovación en octubre de 2020— del Acuerdo China-Santa Sede sobre el nombramiento de obispos no detuvo la persecución contra sus miembros, de modo particular contra los no oficiales. Incluso las celebraciones de Navidad tampoco se salvan de la censura, puesto que según ‘Asia News’ «las autoridades del condado de Rong’an —Guangxi— prohibieron las celebraciones navideñas en las escuelas locales», tras considerar que «como ‘fiesta occidental’, la Navidad es una amenaza para la cultura nacional china» (sic).
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