Celebran la fiesta y el carisma de Don Bosco en Tierra Santa, el lunes 31 de enero. El monasterio de Ratisbonne en Jerusalén, que fue construido en 1874 por la Congregación de Nuestra Señora de Sion, acoge desde 2004 a los salesianos de san Juan Bosco y al ‘Studium Theologicum Salesianum’.
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«Si queremos resumir nuestro carisma en una frase, podemos tomar el lema: ‘De mihi animas, caetera tolle’. Significa ‘dame las almas y llévate el resto’. Habla del aspecto místico de nuestra vida, que es cuidar de las almas, de la salvación de las personas: es la parte ascética de nuestra vida y es muy importante. Renunciaríamos a todo lo demás para salvar a los jóvenes: la comodidad, el placer, todo lo que no es útil para nuestra misión», consideró Gianluca Villa, religioso salesiano del monasterio Ratisbonne en Jerusalén, con ocasión de la fecha en la que celebran la fiesta y el carisma de Don Bosco.
Edwar Gobran, otro religioso en el monasterio Ratisbonne, explicó que como salesianos consideran que en su vida diaria pueden ver a Dios en todo lo que hacen, ya sea «en un tiempo de oración, de estudio, en un tiempo con los niños, con los jóvenes». «Todo lo que hacemos en nuestra vida diaria es parte de nuestra relación con Dios. Don Bosco les enseñó a vivir la vida ordinaria de una manera extraordinaria. Para nosotros, ser salesiano hoy significa vivir con sencillez, hacer sentir a las personas que Dios te ama, en cualquier situación. Esperamos poder llevar a las personas, a los jóvenes, a Dios, dándoles confianza en sí mismos y ayudándolos a encontrar su lugar, como lo hizo Don Bosco», consideró Gobran.
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