La comunidad franciscana, las comunidades religiosas de Tierra Santa y los cristianos locales celebran la festividad de san Francisco de Asís en la iglesia de San Salvador en Jerusalén, que comenzó con las primeras vísperas del domingo 3 de octubre, presididas por el custodio de Tierra Santa, Francesco Patton. Desde 1226 cada 3 de octubre al atardecer, los franciscanos conmemoran la proximidad de la muerte del santo no como una vigilia fúnebre sino su «tránsito bendito». La celebración contó con la presencia de diversas comunidades cristianas de Tierra Santa, y del nuevo nuncio para Israel y Chipre y delegado apostólico para Jerusalén y Palestina, Adolfo Tito Yllana.
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Los franciscanos se unieron nuevamente para la Misa solemne el lunes 4 de octubre por la mañana, en la que estuvieron Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén; el prelado emérito Giacinto-Boulos Marcuzzo; Yasser Ayash, vicario patriarcal greco-católico melquita y Mar Yacoub Ephrem Semaan, exarca patriarcal siro-católico de Jerusalén. La Eucaristía, en la que celebran la festividad de san Francisco, fue presidida por el prior del convento de San Esteban, el dominico Martin Staszak, una tradición que es signo de comunión entre las 2 órdenes, que también se repite con motivo de la fiesta de san Domingo de Guzmán, fundador de los dominicos.
«Tanto la orden franciscana como la dominica tenían el mismo objetivo de vivir en la pobreza, los franciscanos de dar testimonio de pobreza y los dominicos de predicar el Evangelio como pobres predicadores para convencer al pueblo, a los fieles de la Iglesia. Y es por eso que las dos órdenes fundadas en el mismo período son amigas. Aunque la teología fue un poco por otros caminos, esto no perturba la amistad entre las dos órdenes», aseguró el dominico Staszak.
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