Un grupo de sacerdotes y numerosos niños y fieles celebran los 14 años de la Casa del Niño en la ciudad de Belén, de la Custodia de Tierra Santa, que brinda refugio a marginados, en una reciente Misa presidida por el custodio, Francesco Patton, en la que también participó el fundador del hogar, fray Amjad Sabbara. Al finalizar la celebración, la Misión Pontificia de Jerusalén, la Asociación Pro Terra Sancta de Belén y la Custodia firmaron un convenio para restaurar la cocina de la Casa del Niño. Desde hace 14 años, ofrecen asistencia a chicos vulnerables o expuestos a difíciles condiciones sociales.
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«Estoy más feliz aquí que en casa. Mi nombre es William Nasrallah, estoy en cuarto grado, vine aquí a la Casa del Niño para jugar, ser feliz, estudiar y formar parte de una familia. En primer lugar, agradezco al Señor y le digo a los trabajadores, padres, monjas y educadores: gracias por criarme», precisó uno de los niños del hogar. «La Casa del Niño aquí en Belén para nosotros los frailes de la Custodia de Tierra Santa es más que una simple actividad. Estamos en la ciudad donde el hijo de Dios se hizo niño, y Belén es la ciudad del Niño Jesús. Tenemos aquí, por tanto, una iniciativa, una actividad y un trabajo al servicio de los niños que se enfrentan a mayores dificultades a nivel familiar y social. Debemos recordar siempre lo que dice el mismo Jesús en el Evangelio: Lo que le hiciste a uno de estos más pequeños de mis hermanos, me lo hiciste a mí», reflexionó Patton.
El director de la Casa del Niño, Sandro Tomasevich, sostuvo que la casa «envía un gran mensaje a esta ciudad, donde nació Jesucristo». «Todo lo que a nuestros hijos les falta en sus hogares, ya sea a nivel educativo, económico o social, lo proporciona este hogar, y su función es como la de los padres. Estamos tratando de hacer crecer a las nuevas generaciones en esta ciudad», indicó Tomasevich. «Nos gustaría que este lugar fuera un lugar donde los niños puedan crecer en paz, encontrar un ambiente familiar, en el que ser acogidos, acompañados, amados: un ambiente donde puedan ser acompañados también en sus estudios, quizás a veces para compensar alguna deficiencia en algunos temas. Yo diría sobre todo vivir la familia, como hermanos, porque con otros niños como ellos comparten esta misma experiencia», afirmó el custodio de Tierra Santa, después que celebran los 14 años de la Casa del Niño en Belén.
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