El cardenal y patriarca maronita de Antioquía, Béchara Boutros Rai, encomienda el Líbano a san Charbel, tras precisar que pese a que el pueblo libanés, hambriento y doblegado por la crisis, parece un rebaño sin pastor, debido también a la evidente ineptitud de sus dirigentes políticos, siempre puede contar con la intercesión del santo, durante la homilía de la Misa celebrada en Dima, el domingo 18 de julio.
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Rai rezó al santo de las ‘causas imposibles’, encomendándole el destino del país —en el que es venerado— que atraviesa un momento de crisis frente a las urgencias políticas, sociales y económicas. «Sin gobierno, no se puede poner freno a la corrupción rampante y a la arbitrariedad de los clanes de poder», enfatizó, después de que el primer ministro designado Saad Hariri haya renunciado a formar gobierno, tras meses de idas y venidas. «Sin un gobierno, seguirán prevaleciendo la inmunidad, la connivencia y el encubrimiento que siguen saboteando las investigaciones sobre la responsabilidad de las explosiones que devastaron el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020», aseveró el patriarca maronita de Antioquía.
Indicó también que «sin un gobierno, también desaparecerá la necesidad urgente de controlar y revisar el trabajo del Banco Central del Líbano». Los cristianos libaneses, en el contexto actual, conmemoraron ese día al santo taumaturgo Charbel Makhluf —1828-1898—, monje de la orden maronita libanesa, cuyos restos mortales se veneran en el Líbano, en el monasterio de San Marón de Annaya, en una urna de cedro. «Creemos que san Charbel no dejará que el Líbano se derrumbe. A él le confiamos nuestra patria y nuestro pueblo», indicó el cardenal Rai, que le encomienda el Líbano.
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