Cardenal Parolin preside Misa conclusiva de simposio internacional sobre sacerdocio

El secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, reflexionó sobre la figura y el papel del sacerdote, al precisar que en la Eucaristía y en la Confesión «está el corazón de su identidad exclusiva». El Simposio Teológico Internacional ‘Por una teología fundamental del sacerdocio’ fue inaugurado por el Papa Francisco.

Cardenal Parolin preside Misa
Foto: Vatican Media.

El cardenal y secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, preside la Misa conclusiva del Simposio Teológico Internacional ‘Por una teología fundamental del sacerdocio’ en la basílica vaticana, a la que asistieron sus participantes, el sábado 19 de febrero, en su última jornada. Tras la celebración eucarística, sacerdotes, religiosos y laicos se reunieron el Aula Pablo VI para continuar los trabajos en 2 sesiones centradas en el tema ‘Celibato, carisma, espiritualidad’. El simposio, inaugurado por el Papa Francisco el jueves 17 de febrero, fue organizado por cardenal y prefecto de la Congregación para los Obispos, Marc Ouellet, junto con el Centro de Investigación y Antropología de las Vocaciones.

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Reflexionó en su homilía sobre la figura y el papel del sacerdote, al precisar que en la Eucaristía y en la Confesión «está el corazón de su identidad exclusiva». El cardenal Parolin, que preside la Misa conclusiva, se refirió a la «identidad» para enfatizar «otro elemento que podría formar parte de la teología fundamental del sacerdocio». «El sacerdote no vive una especie de alternativa entre estar con Jesús, al margen, y estar con sus hermanos. El sacerdote está siempre con Jesús, aún mientras realiza una dimensión fundamental de su propia identidad: la convivencia con los hermanos, una característica, peculiar sobre todo del sacerdote diocesano, que el Concilio Vaticano II llamó ‘caridad pastoral’», indicó.

«El Señor nos llevó con él. El Señor, sin embargo, propone un camino ascendente, detrás de Él, para ser sus amigos, y luego encontrar con Él a los hermanos, en una vida ofrecida y entregada a imitación de Cristo», aseguró el purpurado, al afirmar que sin embargo, a este camino de subida le corresponde uno de bajada, como el de los discípulos que estaban «en la montaña» con Cristo y luego bajaron «para encontrarse con la gente, especialmente con los pobres». Precisó que como decía también san Pablo VI, el sacerdote «aprende junto con todos los hermanos a saber leer el mensaje de Dios en los acontecimientos».

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