El cardenal y arzobispo de Utrecht, Willem Eijk, lamentó el impacto negativo del individualismo en la cohesión social, al aseverar que llevó a un aumento en las tasas de divorcio y a una creciente soledad, especialmente entre los ancianos, en una entrevista concedida a Communio, en la que analiza la situación de la Iglesia en Holanda, uno de los países más secularizados de Europa.
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«Este experimento social de intentar construir una ética sin Dios está condenado al fracaso», aseguró, tras enfatizar que el secularismo despojó a la sociedad de un marco moral claro y dejó a muchas personas sin un sentido de propósito o dirección en sus vidas. «Cada vez más jóvenes sufren problemas de salud mental, que a menudo están relacionados con una falta de valores claros y de sentido en sus vidas», consideró el purpurado.
Eijk animó a la Iglesia a aprender de los errores cometidos en Holanda y a no caer en la trampa de la confusión doctrinal o de las reformas apresuradas. «En las parroquias donde se proclama la fe con claridad y se celebra la liturgia con dignidad, las iglesias están llenas. La gente necesita redescubrir a Cristo y la verdad del Evangelio. Sólo así la Iglesia podrá cumplir con su misión en el mundo moderno», sostuvo.
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