El cardenal estadounidense y prefecto emérito de la Signatura Apostólica, Raymond Burke, afirmó que «el contexto y la ocasión de tales declaraciones las hacen carentes de todo peso magisterial» y que las mismas se interpretan como «simples opiniones privadas de la persona que las hizo», en un comunicado publicado en su sitio el jueves 22 de octubre, en el que se refirió a las declaraciones que se difundieron en los medios de comunicación del Papa Francisco sobre las uniones civiles que se encuentran en un documental estrenado recientemente en Roma.
«Tales declaraciones generan gran desconcierto y causan confusión y error entre los fieles católicos, por ser contrarias a la enseñanza de la Sagrada Escritura y de la Sagrada Tradición, y del reciente Magisterio por el que la Iglesia custodia, protege e interpreta todo el depósito de fe contenido en Sagrada Escritura y Sagrada Tradición. Causan asombro y error con respecto a la enseñanza de la Iglesia entre personas de buena voluntad, que desean sinceramente saber lo que enseña la Iglesia católica. Imponen a los pastores de almas el deber de conciencia de hacer las oportunas y necesarias aclaraciones», aseguró el cardenal Burke, al recordar que «el contexto y la ocasión de tales declaraciones las hacen carentes de todo peso magisterial». Ratificó que «estas declaraciones no comprometen, en modo alguno, las conciencias de los fieles, que más bien están obligados a adherirse con sumisión religiosa a lo que enseñan la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición y el Magisterio ordinario de la Iglesia al respecto».
It is a source of deepest sadness and pressing pastoral concern that the private opinions regarding civil unions attributed to Pope Francis and reported with so much emphasis by the press do not correspond to the constant teaching of the Church. https://t.co/YXZiwKPs9M
— Cardinal Burke (@cardinalrlburke) October 22, 2020
Precisó, tras dar contundentes argumentaciones, que «es motivo de la más profunda tristeza y apremiante preocupación pastoral que las opiniones privadas denunciadas con tanto énfasis por la prensa y atribuidas al Papa Francisco no correspondan a la enseñanza constante de la Iglesia, como se expresa en la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición, y está custodiado, protegido e interpretado por el Magisterio». «Igualmente triste y preocupante es el revuelo, la confusión y el error que causan entre los fieles católicos, como lo es el escándalo que provocan, en general, al dar la impresión totalmente falsa de que la Iglesia católica tuvo un cambio de rumbo, es decir, cambió su enseñanza perenne con respecto a cuestiones tan fundamentales y críticas», aseveró.