Brasil veneró a la Virgen de Aparecida, su patrona, sin las tradicionales peregrinaciones multitudinarias de años anteriores por las restricciones por la pandemia de COVID-19, el lunes 12 de octubre. Un número reducido de peregrinos llegó al santuario en la ciudad de Aparecida do Norte, a 170 kilómetros de Sao Paulo. La Misa central en honor a la Virgen, celebrada por el arzobispo Orlando Brandes, contó con unos 1.000 fieles.
Brandes destacó la importancia de la Palabra de Dios, durante la homilía de la Misa en la que Brasil veneró a la Virgen de Aparecida, con restricciones por la pandemia. «Es un momento histórico en el Santuario», indicó, por lo que exhortó a «amar a María, a través del amor a la Palabra de Dios». Recordó el encuentro de la imagen de Nuestra Señora de Aparecida en las aguas del río Paraíba. «En Aparecida, Dios dio su propia Madre a todos los brasileños. Líbranos de todo mal, ayúdanos, Madre», imploró.
Antes del fin de la Misa, el prelado también pidió un minuto de silencio por las víctimas del coronavirus. «Abraza, oh Madre, ese país que es tuyo. Abraza las periferias, las que lloran por la pandemia. Es necesario sentir el dolor de estas personas», imploró el prelado. El rector del santuario, Eduardo Catalfo, agradeció al finalizar la Eucaristía a los devotos que siguieron la celebración desde en sus casas. «Gracias, querido devoto, por aceptar una novena virtual y festejar con nosotros», precisó.
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