El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, indicó que «hay suficiente Magisterio como para decir ‘sé lo que es verdad y sé lo que es ambiguo’», tras precisar que si algo le preocupa es «no traicionar el mensaje de Cristo, la Buena Nueva de su Evangelio, y lo que la tradición del cristianismo defendió siempre», en una entrevista con ‘El Debate’. Denunció «ideologías que están en curso» y que «por lo que tienen de reducción, censura y marginación, van en contra de aquello que pueda presentar resistencia, como la Iglesia», considerada como «un enemigo a censurar, a ridiculizar y si es posible, destruir».
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Suscríbase al boletín de VenLAfirmó que «la ideología de género penetró en la Iglesia». «La confusión antropológica que tiene que ver con la relación hombre y mujer, con la verdad del varón, de la mujer, y con la pedagogía de dejar a los niños crecer sanamente sin redirigirlos para que puedan afiliarse a tu antropología perversa», aseguró, al considerar que es «traición al mensaje de Cristo, la Buena Nueva de su Evangelio y lo que la tradición del cristianismo ha defendido siempre». «Hoy, si tú no hablas con la jerga de la ideología de género, si no mencionas el cambio climático, si no llevas el pin y la agenda 2030 en las entrañas, parece que estás en otro mundo y te arrinconan. Bueno: ni pin, ni agenda, ni cambio climático, ni ideología de género. Y, por tanto, a los colectivos que lo jalean y lo defiendan, y además te lo imponen», sentenció.
Enfatizó que el texto Fiducia supplicans sobre las bendiciones de «parejas irregulares» y parejas del mismo sexo del cardenal y prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Víctor ‘Tucho’ Fernández, sobre las bendiciones de parejas irregulares «entra» en el saco de la «confusión ambigua y extraña en la que la imagen y semejanza del hombre y de la mujer se intenta rehacer y reescribir». «Hoy no solo se reescriben las historias de guerras ganadas o guerras perdidas: se reescribe también el proyecto originario. Porque la vieja y única tentación del hombre es querer ser como Dios», repudió, al considerar que el documento vaticano Fiducia supplicans «a veces es Fiducia complicans» debido a la confusión y polémica que generó.
«Tendremos que hacer todo este recorrido sin saberte con la certidumbre y el apoyo de que, por encima de tu ministerio local, alguien te está sosteniendo, iluminando, acompañando… Hay suficiente magisterio, suficiente enseñanza, suficiente testimonio, como para poder decir ‘sé lo que es verdad y sé lo que es ambiguo, lo que es extraño o lo que es confuso’. Así que, teniendo detrás nada menos que 2.000 años, tenemos suficiente bagaje como para decir ‘No me voy a confundir con la confusión reinante; no me voy a deprimir con la tristeza que a veces nos rodea, sino que sé de Quién me he fiado y sé quién me puede acompañar'», explicó.
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