El arzobispo de Vancouver, Canadá, Michael Miller, reiteró su pedido al gobierno para que alivie y reconsidere la prohibición del culto público, tras implorar un trato justo y no preferencial, debido a que los servicios religiosos en Columbia Británica todavía continúan cerrados por órdenes de las autoridades por la pandemia de COVID-19. Se extendió la prohibición de los servicios de adoración de forma mensual —que se introdujo el 19 de noviembre de 2020— hasta que los funcionarios decidieron prolongarla indefinidamente el 5 de febrero pasado. El gobierno, que reconoció la declaración del arzobispo, sostuvo que respondería «en un futuro cercano», según indicó ‘The BC Catholic’.
El prelado solicitó a los funcionarios de salud de Columbia Británica que otorguen a la Iglesia el mismo trato que los bares, gimnasios y restaurantes, en una declaración de 19 páginas que emitió el 19 de febrero pasado. Pidió a las autoridades que permita Misas en persona que sigan las restricciones por el coronavirus, como un límite de capacidad del 10%, máscaras, distanciamiento social y otros requisitos de saneamiento. «Si bien respetamos las medidas tomadas por el gobierno para proteger la salud de los habitantes de Columbia Británica, queremos estar seguros de que las órdenes se están aplicando de manera justa a todos los sectores de la población», sostuvo en una carta a la diócesis, el 24 de febrero pasado.
.@archbmiller has sent a request to @BCGovNews asking it to lift its ban on public worship. The government says it will reply “in the near future.” #covidbc https://t.co/X8gfr2zpEU
— Archdiocese of Vancouver (@archvancouver) February 25, 2021
«Específicamente, buscamos entender por qué no se permite la reunión para el culto en cantidades limitadas con precauciones de seguridad, mientras que los bares, restaurantes y gimnasios permanecen abiertos. Como resultado, nuestros sacerdotes no pudieron ofrecer la Santa Misa con una congregación, a pesar de las precauciones que habíamos tomado previamente para combatir la propagación del COVID-19″, enfatizó el arzobispo de Canadá, quien pidió que se levante la prohibición del culto público. «A medida que se acerca la Pascua quiero asegurarles que la arquidiócesis está tomando medidas para abogar ante el gobierno provincial por un regreso seguro a la asistencia en persona a la Misa», aseguró.
Miller precisó que en la jurisdicción eclesiástica no vio ningún brote relacionado con los servicios de la Iglesia. Antes de la prohibición, las iglesias católicas de la región seguían estrictas medidas de seguridad, como usar máscaras y desinfectarse las manos. «Si bien no hubo transmisiones o brotes de COVID-19 conocidos dentro de nuestras iglesias, seguimos viendo informes de brotes en las instalaciones de esquí y negocios locales a los que se les permitió continuar en sus operaciones», denunció. «No tengo ninguna duda de que la prohibición de las reuniones religiosas tuvo un efecto perjudicial sobre la espiritualidad y la salud mental de los católicos en la Columbia Británica», alertó.
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