El arzobispo de Minsk-Mogilev, Bielorrusia, Tadeusz Kondrusiewicz, rezó un rosario de la Divina Misericordia junto a la prisión, es decir, frente al centro de detención preventiva de la calle Akrestsin en el que se encuentran los manifestantes arrestados, y quiso ingresar pero le fue prohibido, el 19 de agosto pasado. Hubo protestas en el país después de las recientes elecciones en las que el presidente Alexander Lukasenko fue confirmado en el cargo -que ocupa desde 1994-
Kondrusiewicz pidió al gobierno de Bielorrusia para que permitiera la asistencia de sacerdotes a las personas que permanecían detenidas. El prelado caminó por las calles enfrente de este centro y quiso ingresar pero le fue prohibido. El arzobispo de Bielorrusia, tras rezar el rosario en prisión, también conversó con algunos de los que estuvieron detenidos. Tras las multitudinarias protestas donde se detuvieron 6.700 personas, muchas fueron liberadas el 13 de agosto pasado. Algunos liberados indicaron que durante su detención sufrieron torturas y malos tratos.
La Unión Europea rechazó los resultados de las elecciones de Bielorrusia e indicó que impondría sanciones a las personas responsables de «violencia, represión y fraude electoral». Francisco se refirió al conflicto en Bielorrusia durante el Ángelus del domingo 16 de agosto. «Sigo de cerca la situación postelectoral en este país y hago un llamado al diálogo, el rechazo a la violencia y el respeto a la justicia y la ley. Encomiendo a todos los bielorrusos a la protección de Nuestra Señora, Reina de la Paz», sostuvo el Papa.
Puede interesarle: Obispos de Bielorrusia: «Que en lugar de la fuerza de las armas reine la fuerza de los argumentos».