El arzobispado de Rosario pide «diálogo entre Iglesia y autoridades civiles en orden a revertir medida intempestiva», en un comunicado en el que manifestó su «dolor» por el decreto del gobierno de la provincia de Santa Fe, a cargo de Omar Perotti, que suspende hasta el 21 de mayo próximo «todo tipo de actividades y eventos religiosos en lugares cerrados». El comunicado fue firmado por el vicario general, Emilio Cardarelli.
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«Con dolor vemos que en nuestra provincia de Santa Fe, una vez más, por decreto, la máxima autoridad civil ha dispuesto mediante el Decreto 0458 del día de la fecha, coincidiendo con la solemnidad de Nuestra Señora de Luján, Patrona de Nuestra Patria, la suspensión hasta el 21 del corriente de la realización de todo tipo de actividades y eventos religiosos en lugares cerrados», precisó. La jurisdicción eclesiástica, a cargo del arzobispo Eduardo Martín, adhirió a la declaración del Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (CALIR), del 4 de mayo pasado.
Comparto un Comunicado sobre las Disposiciones acerca de las actividades religiosas en Santa Fe.https://t.co/qn1WCvUiR9
— Mons. Eduardo Martín (@eduardoe_martin) May 8, 2021
El CALIR cuestionó por «incomprensibles» las restricciones a la libertad religiosa y pidió a las autoridades «evitar prohibiciones o restricciones innecesarias e inconsultas y que exceden sus propias atribuciones». Recordó que CALIR reiteró en uno de los párrafos que «al comienzo de la pandemia del COVID-19 la Corte y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos recordaron a los gobiernos que las legítimas medidas sanitarias para proteger la salud pública nunca podían implicar la suspensión de los derechos fundamentales, entre ellos la libertad religiosa».
«Y que las medidas restrictivas de derechos debían ajustarse a parámetros muy estrictos, tales como ajustarse a los principios de estricta proporcionalidad, temporalidad, legalidad —ser impuestas por ley formal— y no discriminación. Constatamos con tristeza que esos límites han sido y siguen siendo transgredidos en la Argentina y nosotros añadimos, como si fuera necesario, en nuestra Provincia», lamentó, al citar parte del texto del CALIR. El arzobispado de Rosario explicó que pide «un diálogo entre las máximas autoridades de la Iglesia» en la Provincia y «las autoridades civiles en orden a revertir la citada medida intempestiva».
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