El arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, logró que las autoridades provinciales levanten la prohibición de «celebración de bautismos, matrimonios y Eucaristía», tal como confirmó el viernes 16 de octubre, pese a las nuevas restricciones por la pandemia de coronavirus. El día anterior, el prelado rechazó la suspensión de las celebraciones religiosas como parte de las restricciones dispuestas por el gobierno de Juan Schiaretti, tras manifestar su malestar y propósito de “no acompañar esas medidas”, a las que consideró “exageradas” y que “afectan a la salud espiritual de las personas, especialmente en un tiempo de cuarentena prolongada” en el país.
“En el comunicado emitido ayer expresé el deseo de solicitar un diálogo franco con las autoridades provinciales sobre la situación derivada de la pandemia del coronavirus. Con satisfacción deseo señalar que ese diálogo se ha verificado y ha permitido clarificar diferencias de interpretación de las disposiciones y defectos en la comunicación de las mismas. Estimo que este diálogo concretado es un hecho auspicioso y un ejemplo acerca del camino que debemos recorrer para resolver las dificultades en nuestra sociedad, en todo momento y especialmente en las presentes circunstancias”, afirmó Ñáñez, en un nuevo comunicado emitido el 16 de octubre, que también lleva las firmas de los obispos auxiliares Pedro Torres y Ricardo Seirutti. Precisó que las celebraciones religiosas están habilitadas de acuerdo con el protocolo de flexibilización de las iglesias y templos de culto en la provincia.
Reiteró que se permite “la apertura de los templos en un horario determinado, la celebración de bautismos y matrimonios, con un número máximo de participantes, y la celebración de la Eucaristía con una presencia máxima de 30 personas; por supuesto, observando en todo momento las indicaciones de los protocolos previstos y las normas de bioseguridad”. “Entendemos que de esta manera se puede llevar adelante, aunque limitadamente por el momento, la necesaria atención espiritual de los fieles que dice relación a su salud integral. Agradezco al gobernador y a sus colaboradores, su disposición para el diálogo y para encontrar soluciones razonables y concertadas”, destacó el arzobispo Ñáñez que logró que las autoridades provinciales levanten la prohibición.