Las autoridades de Irán condenaron a 2 años de cárcel a una cristiana evangélica convertida del islam, que había sido bautizada en una iglesia de Malasia, país al que se había trasladado temporalmente, al regresar al país por actuar «contra la seguridad nacional». La acusación se basaba en los supuestos vínculos de Laleh Saati, de 45 años, con «organizaciones cristianas sionistas».
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La mujer regresó a su país de origen en 2017, frustrada por la vana espera y el prolongado tiempo de tramitación de su solicitud de asilo en la nación del Sudeste Asiático, unido a la asignatura pendiente de reunirse con sus ancianos padres. ‘Article18’, que retransmite fuentes de ‘Human Rights in Iran’, precisó que una vez repatriada, fue citada en varias ocasiones e interrogada por agentes de inteligencia.
El acoso continuó durante años y culminó el 13 de febrero pasado con la orden de detención ejecutada en casa de su padre, en la localidad de Ekbatan, un suburbio de Teherán. «Su caso demuestra claramente que las actividades cristianas de los solicitantes de asilo en el extranjero pueden utilizarse en su contra en procedimientos judiciales en Irán», ratificó Mansour Borji, director de ‘Article18’.
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