Caritas Rabat de Marruecos fue la primera en brindar ayuda a los pueblos afectados por el terremoto de magnitud 6,9 que causó más 2.900 víctimas fatales y enormes destrozos con 3.000 damnificados, el viernes 8 de septiembre. La gente sigue con excavaciones bajo los escombros, por lo que la cifra de fallecidos podría empeorar. El misionero mexicano Oscar Arturo García, director de Caritas en la arquidiócesis de Rabat, se refirió a la situación del país afectado por el sismo.
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«En la montaña fuimos los primeros en llegar de fuera. Allí todo está destruido. Y cuando digo todo, quiero decir todo’, dice el padre Óscar Arturo. Todo está bajo los escombros. Ropa, dinero, no hay electricidad ni acceso al agua. Las casas están destruidas, ya no se puede vivir en ellas. En el primer pueblo que rescatamos había unas 60 personas que pasaron la noche en el mal tiempo porque no podían volver a sus casas», precisó.
El misionero precisó los damnificados levantaron tiendas improvisadas a pocos metros de sus casas reducidas a un montón de escombros, dado que la gente quiere quedarse en su pueblo con sus vecinos. «En las montañas, con el invierno a la vuelta de la esquina, el frío empieza a intensificarse y necesitamos encontrar una solución lo antes posible para todas esas personas que perdieron sus casas», aseguró García.
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