Por Fray Tuk. «DOS O TRES REUNIDOS EN MI NOMBRE»

Mateo 18, 15-20

«Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano».

«Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo. También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos».

SAN PEDRO CRISÓLOGO. Sermones, 132.

DOS O TRES REUNIDOS EN MI NOMBRE

«¿Dónde están los que afirman que hay que despreciar la reunión de la Iglesia y prefieren las oraciones privadas antes que las de una asamblea honorable, si resulta que a un pequeño grupo compuesto de dos o tres se le promete dar todo lo que pidan? ¿Acaso no lo dará cuando se reúnen más? ¿Acaso va a negar lo que le pidan en las asambleas y reuniones de los santos? (…) Los miembros particulares tienen su propia función, pero sólo podrán cumplirla si están unidos entre sí y ensamblados en la belleza del cuerpo perfecto. Hay una diferencia entre la gloriosa plenitud de una asamblea y la vanidad presuntuosa de la separación por ignorancia o por negligencia: la unidad de los miembros es como una especie de honor por la salvación de todo el cuerpo, mientras que en la separación de las vísceras se encuentra un daño repugnante, letal y horrendo».

@fraytuk

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