Francisco precisó que «las madres y las abuelas son las primeras mensajeras del Evangelio», al presidir la audiencia general del miércoles 23 de agosto, en el Aula Pablo VI, donde continuó sus catequesis sobre los «testigos ejemplares de celo apostólico». El Pontífice dedicó su catequesis a san Juan Diego, que es conocido como «el mensajero de la Virgen de Guadalupe».
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El Pontífice, al reflexionar sobre la Virgen de Guadalupe, agradeció a «tantas madres y abuelas que transmiten la fe a sus hijos y nietos: la fe se transmita con la vida, por eso las madres y las abuelas son las primeras mensajeras del Evangelio». En ese sentido, el Papa decidió detenerse en el testimonio de San Juan Diego. Recordó que tras hablar varias veces con el obispo no consigue convencerlo para construir el templo en el lugar donde se le había aparecido la Madre de Dios.
Aprendamos a frecuentar los santuarios marianos. En estos oasis de consuelo y de misericordia, donde la fe se manifiesta en un lenguaje materno, donde se depositan las fatigas de la vida en los brazos de la Virgen, se regresa a vivir con paz en el corazón. #AudienciaGeneral
— Papa Francisco (@Pontifex_es) August 23, 2023
«He aquí la fatiga, la prueba del anuncio: a pesar del celo, llega lo inesperado, a veces de la propia Iglesia. Para anunciar, en efecto, no basta con dar testimonio del bien, hay que saber soportar el mal. Hoy también, en muchos lugares, para evangelizar se exigen perseverancia y paciencia, no temer los conflictos, no desfallecer», destacó.
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