La Conferencia Episcopal de Kenia pidió al gobierno de Uhuru Kenyatta que cierre clínicas abortistas y unidades de salud que los realizan, y además administran anticonceptivos a menores y adolescentes en el país, el 29 de agosto pasado. Los prelados aseveraron que el asesinato de nonatos es un mal y rechazaron el ‘Proyecto de Ley de Salud Reproductiva’ que pretende introducir el aborto de forma disfrazada.
«No podemos afirmar que Dios está entre nosotros cuando en realidad estamos permitiendo que la maldad de algunas personas, que podrían haber matado su conciencia, legisle la matanza de nuestros hijos por nacer», indicaron, en una declaración leída por el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Kenia (KCCB), Philip Anyolo, durante la consagración del nuevo obispo de Kitui, Joseph Mwongela.
Los obispos aseveraron que «es sumamente preocupante que en un país que cree en la santidad de la vida humana y la dignidad humana, a algunas entidades se les permita propagar ideologías que degradan esa misma dignidad en nombre de la libertad de elección». La Conferencia Episcopal de Kenia, que pidió el cierre de las clínicas abortistas, recordó a los padres la responsabilidad principal de inculcar buenas costumbres y buenos hábitos en sus hijos al pasar tiempo con ellos. «Como deber moral, las familias deben asumir la plena responsabilidad de la educación de sus hijos como virtud y moralidad, en particular en materia de educación sexual», reiteraron.
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