El cardenal electo y arzobispo de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, Stephen Brislin, habló de los retos a los que se enfrentan los sudafricanos, y los africanos —los otros 2 de Tanzania y Sudán del Sur—, en general, tras conocerse que es uno de los 21 nuevos miembros del Colegio Cardenalicio que Francisco va a crear en el Consistorio del 30 de septiembre próximo.
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Brislin indicó que se enteró de su elevación por un mensaje de felicitación de alguien de Tailandia. «No estaba seguro de quién lo había enviado y era un poco ambiguo. Decía: ‘Enhorabuena, me alegra saber que hay un nuevo sombrero rojo en Sudáfrica’, y no estaba muy seguro», explicó. «Me tomó completamente por sorpresa y debo ser sincero, en aquel momento estaba bastante desconcertado y bastante confundido de que las cosas parecieran estar sucediendo tan rápido», aseguró el prelado.
Reflexionó sobre cómo el Colegio Cardenalicio se hizo más diverso, dado que haya representantes de países africanos, «marca una gran diferencia en la naturaleza del consejo y el asesoramiento que recibe el Papa, tiene gente de todos los rincones del mundo, y le da una imagen mucho más completa de la Iglesia universal». «Esto simplemente enriquece a la Iglesia en su conjunto, por la diversidad que refleja esta maravillosa Iglesia de cada nación, cada cultura y cada país», destacó.
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