DIÁLOGO VIVO CON SAN JUAN DE LA CRUZ. CONVERSACIONES SUBIENDO AL MONTE (2).

Continuación de Diálogo vivo con san Juan de la Cruz: Conversaciones subiendo al monte.

Por Silvio Pereira.

2. Desasimiento

«…ir siempre quitando quereres, no sustentándolos. Y si no se acaban todos de quitar, no se acaba de llegar.
…el alma no tiene más de una voluntad, y ésta, si se embaraza y emplea en algo no queda libre, sola y pura, como se requiere para la divina transformación» (SMC L1, Cap. 11,6).

Estimadísimo hermano, lamento decirte tal vez que tu sabiduría y ciencia de amor, encuentren fuertes oposiciones en nuestros días o al menos seas del todo incomprendido. Lamento darte esta noticia.

¿Ir siempre quitando quereres y no sustentándolos? Será pues en este presente como intentar nadar contra corriente un río caudaloso que desciende desde la montaña. Porque toda nuestra cultura se ha vuelto marcadamente egocéntrica. La Modernidad tiene por gran obra suya el empoderamiento del sujeto autónomo y la plena reivindicación de sus derechos. Algunos piensan que ha devenido simplemente en individualismo. ¿Ir siempre quitando quereres y no sustentándolos? Como sea no es lo que se escucha aquí por estos lares. Todo lo contrario se enseña a poseer y consumir, se educa para hacer la propia voluntad y para tener voluntad de poder. No se valora positivamente ceder nada sino conquistar más. No se percibe la felicidad sino en el consumo creciente de bienes comercializables. Las personas están siempre tan necesitadas y a la vez es tan fácil convencerlas de nuevas y resplandecientes necesidades que el dios-mercado está dispuesto generosamente a saciar. ¿Ir siempre quitando quereres y no sustentándolos?

¿Cómo podrían comprender mis contemporáneos este llamamiento tuyo al vaciamiento? Se horrorizarían creo frente a una seria actitud penitencial: «locos, fanáticos» murmurarían. Se desencajarían sus semblantes frente a una opción voluntaria por una vida austera. Lo sé bien, escaparían vertiginosamente de la Cruz y no se quedarían allí, a sus pies, ni un instante si les fuese posible.

Pero amigo mío, comprendo que no hablas solo del plano muy concreto de las condiciones materiales de la vida, sino en el espíritu. ¡Cuántas almas apegadas a tanta cosa innecesaria, cargando lastimosamente un peso de apropiaciones indebidas que hacen lenta la marcha, habremos visto tú y yo como presbíteros! «Suelta, suelta, que te encadenan y esclavizan tantos pegotes tuyos. ¿Es que no te das cuenta aún el mal que te haces?» ¡Si lo habremos advertido!, ¿no?

¿Ir siempre quitando quereres y no sustentándolos? ¡Pues si no se acaban todos de quitar no se acaba de llegar! Lenguaje de locos. Sí, la locura de la Cruz que es escándalo atemporal para todo el mundo. San Francisco de Asís no quería consentir por nada «volver a revolcarse en el vómito de la voluntad propia». ¿Pero cómo enseñar tan alto género de vida a las gentes? Tan alto género de vida se llama, por supuesto, cristianismo.

Tal vez necesitemos introducir el amor —como seguramente lo haremos y hasta de modo insistente—. Porque sin una real, profunda y concreta experiencia del Amor de Dios, el camino me parece imposible. Solo en el amor es posible hablar de renuncias y entrega de la vida. Solo en ese amor que nos amó primero y que nos invita a la comunión eterna. Porque no se trata de cualquier amor que pueda terminar siendo frágil, inestable o inconsistente. Se trata del Amor del Dios fiel que no abandona y al cual en amor debiéramos abandonarnos como respuesta en fe, esperanza y caridad.

¡Ardua tarea educar, al Pueblo de Dios que camina en la historia, en el desasimiento interior! Que el Espíritu Santo se derrame generosamente sobre los corazones para que podamos orientarnos hacia la Pascua redentora.

Te cuento finalmente que en estos días, escribiendo sobre el proceso de purificación interior, acuñé esta frase que creo es oportuna: «Y el amor ya sabe entregarse del todo en todo sin quedarse por nada en nada». Claramente me refería al final de ese trayecto. Tras una honda maduración en gracia, el amor ya sabe entregarse del todo en todo sin quedarse por nada en nada.

*SMC: Subida al Monte Carmelo.

DIÁLOGO VIVO CON SAN JUAN DE LA CRUZ. CONVERSACIONES SUBIENDO AL MONTE (2). Por Silvio Pereira.

El Padre Silvio Dante Pereira Carro es también autor del blog Manantial de Contemplación. Escritos espirituales y florecillas de oración personal y tiene el canal de YouTube @silviodantepereiracarro

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