El cardenal y prefecto emérito del Dicasterio para el Clero, Beniamino Stella, viaja a Cuba por los 25 años de la visita histórica que realizó Juan Pablo II a la isla el 21 al 25 de enero de 1998. El purpurado italiano, quien en ese entonces era el nuncio en Argentina, visita diversas diócesis de la Iglesia en Cuba para rememorar ese momento de «gracia y bendición». La vista del purpurado coincidió con la Semana de Oración por los Cristianos.
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«Con una mirada retrospectiva, que quiere ser fundamentalmente una mirada de fe, reconocemos la presencia de san Juan Pablo II como un momento de gracia y bendición para esta nación, para todos sus hijos e hijas», sostuvo el cardenal Stella, en la Misa que celebró en la arquidiócesis de La Habana, Cuba, a donde viaja. «Los cubanos, convocados por el Señor Jesucristo, pudieron hacer pública profesión de fe en las calles y plazas, proclamaron a sus hermanos la Buena Noticia de la salvación y así, muchos se reencontraron con sus raíces cristianas, volvieron a abrir el corazón a Dios y redescubrieron a la Iglesia como una realidad que hacía parte de la vida nacional, al servicio de todos, sin exclusiones».
Citó en la Misa las palabras de Juan Pablo II. «Haciendo mías sus propias palabras en la Nunciatura de La Habana, hace hoy justamente 25 años, repito: les aseguro la alegría que me produce este encuentro con quienes compartimos la fe en el Dios vivo y verdadero. El ambiente propicio nos hace decir desde el principio: ‘Oh, qué bueno, qué dulce habitar los hermanos todos juntos (Sal 132,1)», aseguró. Otra de las actividades en la agenda del cardenal Stella fue el encuentro con los seminaristas en La Habana, a quienes insistió en que «Cuba necesita más que nunca sacerdotes cubanos, que amen a su pueblo del cual forman parte y en el seno del cual Dios los ha elegido, para que, hablando y sintiendo, si se permite la expresión en el dialecto de su gente», indicó.
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