Rumanía celebró el domingo 16 de agosto el primer Día Nacional de Conciencia de la Violencia contra los Cristianos, una iniciativa para honrar a los mártires rumanos y crear conciencia sobre la persecución por su fe que padecen los cristianos en el mundo. La elección del día coincide con la fiesta ortodoxa que conmemora a los Mártires de Brâncoveanu. En 1714, el príncipe Constantine Brâncoveanu, sus cuatro hijos y uno de sus consejeros, fueron capturados por los turcos otomanos musulmanes y llevados al Sultán Ahmed III de Turquía en Estambul. Ellos se negaron a convertirse al islam, por lo que fueron decapitados y sus cuerpos arrojados al Bósforo. En 1992, la Iglesia Ortodoxa Rumana los canonizó.
Varios edificios y monumentos importantes se iluminaron de rojo para conmemorar este día como la iglesia nueva de San Jorge en Bucarest, que fue fundada por Brâncoveanu, así como la rumana. En junio pasado, el gobierno de Rumanía aprobó una ley presentada por Daniel Gheorghe, miembro de la Cámara de Diputados de Rumanía. El Patriarcado Ortodoxo Rumano, encabezado por el patriarca Daniel, agradeció la iniciativa y reiteró que los Mártires de Brâncoveanu «ilustraron el martirio como la máxima prueba del amor por Cristo en la historia del cristianismo rumano», en un comunicado, el 13 de agosto pasado.
«Por eso la proclamación de un día nacional de conmemoración de su martirio debe ser para nosotros una oportunidad de tomar más conciencia de la violencia actual contra los cristianos», aseveró, al referirse a la conmemoración en Rumanía del primer Día Nacional de Conciencia de la Violencia contra los Cristianos. El patriarca Daniel lamentó que la violencia contra los fieles que «toma hoy diferentes formas de persecución, desde la cristofobia de las nuevas ideologías a las ejecuciones filmadas de aquellos cuya única culpa es la de ser cristianos».
