Andrew Thorburn, directivo de club de fútbol de Australia, se ve obligado a dimitir apenas un día después de asumir el cargo de director general, a causa de su fe cristiana. Thorburn, antiguo director del National Australia Bank, se vio obligado a renunciar a su nuevo cargo al frente del Essendon Football Club, los «Bombers», un equipo de fútbol australiano profesional de Melbourne, tras conocerse que la iglesia anglicana en la que ejerce como presidente del consejo parroquial no acepta el gaymonio y condena el aborto.
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Thorburn se vio «acosado por la incesante retórica de odio de los fanáticos anticristianos de la comunidad que se unieron contra él», según Joel Agius, de ‘Spectator Australia’, en un artículo titulado ‘Una nueva era de persecución cristiana’. «En cuanto la turba se enteró de que Thorburn era cristiano, se desató la indignación. La turba comenzó a perseguirlo, atacándolo por tener opiniones cristianas. No se trata de victimismo. Se trata de la persecución de un hombre cristiano en Occidente, por parte de aquellos que a menudo predican la tolerancia, nada más u nada menos», consideró. «Parece que la persecución de los cristianos vuelve a ponerse de moda. El fanatismo anticristiano se presenta como un sentido retorcido de la virtud», afirmó Agius.
El presidente del Essendon, David Barham, solicitó a Thorburn, tras el estallido de la polémica, que eligiera entre sus cargos en la iglesia y en el club de fútbol, según un informe de ‘The Age’. Según el mismo informe, algunos expertos legales creían que «Thorburn podría presentar una demanda legal por discriminación religiosa». El arzobispo católico de Melbourne, Peter Comensoli, aseguró que el rechazo del equipo del Essendon a Thorburn representaba un «rechazo a tantas otras personas de fe por sus acciones», en declaraciones a la radio ‘Talk 3AW’. «Me preocupa profundamente. Es una realidad bastante extraña en la que parece que entramos, en la que se juzga a la gente como indigna de liderar debido a algunas de sus creencias cristianas básicas», aseveró Comensoli a ‘The Age’. Thorburn, quien era directivo de un club de fútbol de Australia, explicó el peligro que representa la medida del club Essendon, que amenaza a todas las personas de fe, en un comunicado emitido después de la dimisión.
«En las últimas 24 horas, recibí cientos de mensajes de apoyo y me gustaría agradecer a todas aquellas personas, de una diversidad de credos y creencias, que se han puesto en contacto conmigo. Ciertamente muchos mensajes expresaban una auténtica preocupación por sus puestos de trabajo y las perspectivas de empleo debido simplemente a la fe. Creo que hay muchos australianos que temen las consecuencias para sus medios de vida, sus aspiraciones y su participación en la vida comunitaria», lamentó. Agius, en su artículo en ‘Spectator Australia’, sostuvo que «aunque los cristianos seguirán sin duda siendo perseguidos en toda la sociedad de muchas maneras diferentes, no debemos permitir que esto nos desanime a seguir practicando y compartiendo nuestra fe con los demás».
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