‘INFORME DE LIBERTAD RELIGIOSA EN EL MUNDO 2021’: CAMERÚN.
Por Jennifer Almendras.
Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
El ‘Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2021’ (ILR) indicó que «la Constitución, promulgada en 1972 y enmendada por última vez en 2008, reconoce en su preámbulo que ‘la persona humana posee derechos sagrados e inalienables, sin distinción de raza, religión, sexo o credo’». «Siempre se ha considerado que los musulmanes de la Región del Extremo Norte disfrutan de un gran poder económico y político. Los dirigentes religiosos cristianos se quejan con frecuencia, al menos en privado, de que en la práctica esto se traduce en que las Iglesias suelen encontrarse con grandes dificultades burocráticas cuando intentan construir lugares de culto o cualquier otro edificio destinado a sus actividades sociales», aseguró el informe.
Explicó que «en las escuelas del Estado no se imparte formación religiosa». «Los colegios privados pueden ofrecer enseñanza religiosa solo si cumplen los mismos estándares que las escuelas públicas en el ámbito educativos, de infraestructuras y de formación del profesorado. Las siguientes fiestas religiosas se consideran festivos nacionales: Navidad, Viernes Santo, Semana Santa, la Ascensión y la Asunción; Aíd al Fitr, Aíd al Adha y el nacimiento del profeta Mahoma», enfatizó.
Incidentes y acontecimientos
«Aunque relativamente estable, Camerún cuenta con varios factores de división que a veces se superponen: el lingüístico, el regional y el religioso. Junto a los 250 idiomas autóctonos, el inglés y el francés son los dos idiomas oficiales de Camerún. Los angloparlantes, el 20% de la población, están concentrados en las regiones más rurales y pobres del norte y el sudoeste, a lo largo de la frontera con Nigeria. Desde la independencia, se han sentido discriminados por los francoparlantes y por el resto del país. Esto dio lugar en 2016 a disturbios y huelgas, reprimidos por el Gobierno. Además, las dos zonas anglófonas son predominantemente protestantes. Las otras ocho regiones son de mayoría francoparlante; las tres regiones más septentrionales son fundamentalmente musulmanas mientras que las cinco regiones del centro y del este de Camerún son católicas», afirmó, tras indicar que «a pesar de las tensiones lingüísticas, Camerún ha disfrutado de una vida religiosa estable y tolerante hasta hace poco», lo cual cambió «en 2015, al surgir en la región del Sáhel grupos religiosos radicales vinculados a las ideologías wahabí y salafí, como Boko Haram, que se han extendido desde los países vecinos de Nigeria y El Chad, amenazando a la libertad y la tolerancia religiosas tradicionales del país».
El ILR sostuvo que «en el seno de la comunidad islámica, jóvenes wahabíes educados en Sudán y en los países de Golfo están cuestionando el islam sufí tradicional, encarnado por los fulani». «Las divisiones dentro de la comunidad han provocado enfrentamientos localizados entre distintos grupos. Las rivalidades entre los miembros sufíes y los grupos wahabíes por el liderazgo de la comunidad islámica en el sur, unidas al incremento de grupos armados islamistas radicales en el norte, se han convertido en una fuente de conflicto interreligioso en la zona, caracterizado por una gran violencia. Los líderes étnicos y religiosos locales, así como los jefes de los pueblos y los jefes tradicionales, pasaron a ser el objetivo de actos hostiles desde que empezara el conflicto. En cuanto a las comunidades cristianas, el monopolio de las Iglesias principales, católica y protestante, se ha visto debilitado al surgir con fuerza las Iglesias de avivamiento. Aunque estas apoyan al Gobierno, no tienen personalidad jurídica y carecen de la consideración que tienen las Iglesias establecidas», ratificó.
«En octubre de 2018, un joven seminarista fue asesinado por unos soldados delante de una iglesia en Bamessing. Antes de dispararle, le interrogaron mientras los fieles se refugiaban en la iglesia. A finales del mismo mes, un misionero estadounidense resultó muerto en los enfrentamientos entre el ejército y los rebeldes en Bamenda. El 21 de noviembre de 2018, Andrew Nkea, entonces obispo de Mamfe, denunció que soldados del Gobierno habían asesinado al padre Cosmas Omboto Ondari delante de una iglesia en Kembong, municipio de la Región del Sudoeste. Según relataron los testigos, los soldados ‘dispararon al azar al pasar con su vehículo’. En noviembre de 2018, secuestraron a 79 alumnos de un colegio presbiteriano de enseñanza secundaria en Bamenda; fueron conducidos a una iglesia presbiteriana donde los pusieron en libertad. En diciembre de 2018, rebeldes armados detuvieron en dos ocasiones al obispo auxiliar de Bamenda, Michael Miabesue Bibi, cuando trataba de viajar desde la Región del Noroeste a la del Sudoeste para celebrar misa. Dos meses después, en febrero de 2019, secuestraron a 170 alumnos de un colegio católico de la Región del Noroeste. Fueron liberados al día siguiente y el colegio cerró temporalmente», precisó el informe, tras reiterar que en junio de 2019, fue secuestrado por separatistas el entonces arzobispo de Bamenda, Cornelius Fontem Esua, cuando regresaba a la arquidiócesis tras una visita pastoral y fue liberado al día siguiente. «En agosto de 2019, secuestraron a dos sacerdotes en Kumbo, en la Región del Noroeste, y fueron retenidos durante tres días. El secuestro se produjo después de que el obispo local denunciara la violencia infligida a la población civil de la zona. Entre el 30 de septiembre y el 4 de octubre de 2019, la Iglesia católica fue invitada a asistir a un diálogo nacional con el fin de resolver la crisis secesionista en las regiones anglófonas», relató.
Futuro de la libertad religiosa
Aseguró que «Camerún está destrozada por la violencia armada en torno a dos aspectos principales: el idioma y la religión». «En las regiones anglófonas, la situación se ha deteriorado en los últimos años. Las disputadas elecciones presidenciales de octubre de 2018, en las que muchos votantes de las Regiones del Noroeste y Sudoeste no pudieron emitir su voto, han exacerbado las tensiones. La violencia en estas regiones ha acabado con la vida de unas 3000 personas, tanto civiles como miembros del ejército, y ha desplazado a casi 700.000 desde 2016. La inseguridad ha tenido como resultado la muerte violenta de varios ministros y sacerdotes. La Iglesia católica ha representado un papel muy activo en la promoción del diálogo y la reconciliación entre los separatistas y el Gobierno, pero, a pesar de ello, ambas partes acusan a la Iglesia de tomar partido», ratificó el ILR.
«En la Región del Extremo Norte, predominantemente musulmana, Boko Haram ha perpetrado atentados violentos cuyo objetivo, además de aterrorizar a la población, han sido tanto los civiles como el ejército. Desde que se desató la violencia en la zona, unas 5000 personas han perdido la vida, y más de 320 000 han sido desplazadas. A pesar de los intentos, sin éxito, de mediación en la cuestión secesionista, y debido a la falta de seguridad en la Región del Extremo Norte, no es probable que la situación vaya a mejorar en un futuro próximo y sí, en cambio, que continúen las violaciones de los derechos humanos y de la libertad religiosa», consideró.
‘INFORME DE LIBERTAD RELIGIOSA EN EL MUNDO 2021’: CAMERÚN.