La Iglesia en Birmania asiste con alimentos y da refugio a cientos de desplazados, en medio de los ataques militares aéreos y bombardeos en la ciudad de Loikaw, capital del estado de Kayah. La Iglesia local ayuda a miles de personas a evacuar de sus hogares en Loikaw y sus alrededores, zonas de alto riesgo de ser destruidas. El 1 de febrero de 2021 hubo un golpe de Estado en contra del gobierno de Aung San Suu Kyi.
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«A medida que la situación empeora, cada día vemos a más y más personas empacar sus pertenencias y salir de la ciudad en motocicletas y automóviles hacia áreas más seguras», precisó el sacerdote y canciller de la diócesis de Loikaw, Francis Soe Naing. Según grupos de ayuda locales, el ejército de Myanmar continuó con los ataques aéreos y bombardeos, pese a que hasta hace poco unas 50.000 personas huyeron de sus hogares, según indicó ‘UCA News’. Desde el 6 de enero pasado los enfrentamientos se incrementaron y devastaron la ciudad de Loikaw, en el estado de Kayah, donde ya hay «más de 100.000 personas» desplazadas, incluidos católicos. Kayah es considerado uno de los centros catolicismo en el país, dado que en una población de 355.000 alrededor de 90.000 son católicos.
Precisó que la Iglesia local en Birmania, que asiste y da refugio a los desplazados, ayuda «a la gente de algunas parroquias a mudarse de sus hogares al recinto» de la catedral de Cristo Rey, en Loikaw, donde hay cerca de 300 personas que reciben alimentos, refugio y artículos no alimentarios. Naing aseguró también que, pese al aumento de la violencia, tienen la intención de quedarse en la zona y ayudar a las familias a huir. Debido a los combates desde la semana pasada, sacerdotes, monjas y feligreses también fueron afectados por la guerra, puesto que muchos se vieron obligados a huir de sus parroquias, ubicadas cerca de Loikaw. ‘UCA News’ afirmó que «al menos 15 parroquias en la diócesis de Loikaw se vieron gravemente afectadas por el conflicto en curso», con al menos 5 iglesias diocesanas dañadas por los bombardeos.
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