Francisco se reúne con la comunidad católica de Chipre en la catedral maronita de Nuestra Señora de las Gracias en Nicosia, el jueves 2 de diciembre, como parte de su viaje apostólico a la isla que tiene como lema ‘Consuélanos en la fe’. El Pontífice aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Lárnaca, donde fue recibido por el nuncio en Chipre, Adolfo Tito Yllana, por las autoridades religiosas de Tierra Santa y por Annita Demetriou, presidenta de la Cámara de Representantes de Chipre, cuya isla está dividida en 2 desde 1974, año de la invasión turca en la parte norte de Chipre. La capital, Nicosia, también está dividida en dos por la llamada ‘Línea Verde’.
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El Papa participó de un encuentro con religiosos, catequistas, asociaciones y movimientos eclesiales, tras el encuentro con las autoridades religiosas y civiles. El cardenal y patriarca maronita de Antioquía, Béchara Boutros Rai, le dio la bienvenida y habló de la presencia maronita en la isla. Después de escuchar a los representantes de las comunidades locales, el Papa Francisco, que se reúne con comunidad católica, se dirigió a todos una palabra de consuelo y cercanía en la oración. «Me siento contento de estar entre ustedes. Deseo expresar mi gratitud al cardenal Rai por las palabras que me dirigió y saludar con afecto al patriarca Pierbattista Pizzaballa. Comparto mi alegría de visitar esta tierra, caminando como peregrino tras las huellas del gran Apóstol Bernabé, hijo de este pueblo, discípulo enamorado de Jesús, intrépido heraldo del Evangelio que, pasando por las nacientes comunidades cristianas, veía la gracia de Dios en la obra y se alegraba y exhortaba a todos a permanecer fieles al Señor con un corazón resuelto (Hch 11,23)», indicó.
Vengo a Chipre con el mismo deseo que el Apóstol Bernabé: ver la gracia de Dios obrando en su Iglesia y en su tierra, alegrándome con ustedes por las maravillas que el Señor obra y exhortándolos a perseverar siempre, sin desanimarse nunca. #ViajeApostólico
— Papa Francisco (@Pontifex_es) December 2, 2021
«Vengo con el mismo deseo: ver la gracia de Dios obrando en su Iglesia y en su tierra, alegrándome con ustedes por las maravillas que el Señor obra y exhortándolos a perseverar siempre, sin cansarse, sin desanimarse nunca. Los miro y veo la riqueza de su diversidad. Saludo a la Iglesia maronita, que en el curso de los siglos llegó en varias ocasiones a la isla y que, a menudo atravesando muchas pruebas, perseveró en la fe… Les agradezco lo que son y lo que hacen, la alegría con la que anuncian el Evangelio, las fatigas y renuncias con las que lo sostienen y lo hacen avanzar. Este es el camino trazado por los santos apóstoles Pablo y Bernabé. Les deseo que sean siempre una Iglesia paciente, que discierne, acompaña e integra; y una Iglesia fraterna, que hace espacio al otro, que discute, pero permanece unida», afirmó el Pontífice.
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