Religiosas de la congregación de las Hermanas de María de la Medalla Milagrosa (FMM) asisten a huérfanos y necesitados en la diócesis de Kontum, en el Altiplano Central de Vietnam. La hermana Y.B. precisó que al principio cuidaban solo 3 o 4 huérfanos, educándolos «en el amor», obra que creció con el tiempo y en este momento hay «cerca de 800» niños y adolescentes, todos menores de 16 años, sin padres, «que son criados en el centro en condiciones muy difíciles».
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La monja aseguró que la mayoría de ellos pertenecen a minorías étnicas que generalmente son muy pobres. «Las familias tienen muchos hijos, entre 7 y 12 cada una, y nosotros nos hacemos cargo por lo menos de uno por cada núcleo», explicó. Las misioneras además llevan adelante el programa ‘Vinh Son’, que con el tiempo permitió construir 6 casas de acogida donde actualmente viven 800 niños huérfanos o necesitados. «Al principio ni siquiera teníamos leche para darle a estos niños. Cocinábamos arroz y conservábamos el agua de cocción para dársela a los más pequeños en vez de leche. Para los mayores se preparaba una sopa con las plantas que ofrecía la selva», recordó una de las religiosas en Vietnam que asisten a huérfanos.
Enfatizó que la misión se extendió para una congregación que vivió las dificultades de la guerra y la caída del gobierno primero en Hanoi en 1940 y después en Saigón en 1975. Aseguró que a veces hay turista o huéspedes que vienen a visitar las casas de acogida para ver a los niños. Los visitantes también participan en la Misa y los servicios religiosos en las iglesias de la zona. Incluso estas personas a veces traen arroz, fideos, alimentos y otros productos de primera necesidad para ayudar a la misión de las religiosas, que al mismo tiempo comenzaron a cultivar plátanos, arroz, tapioca y trigo para alimentar a los niños sin depender del presupuestos del instituto.
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