Los miembros de la fundación pontificia ‘Ayuda a la Iglesia Necesitada’ (ACN) denuncian el aumento de crímenes contra los sacerdotes y los religiosos en distintas partes del mundo, tras indicar que en lo que va de este 2021 «al menos 17 de ellos fueron asesinados y 20 secuestrados», en un reciente informe. El presidente ejecutivo de ACN, Thomas Heine-Geldern, afirmó que «ser sacerdote o religioso no te hace inmune a la violencia; al revés: puede convertirte en objetivo preferente». «A veces el motivo es económico, ya sea un robo o un rescate, y otras veces los agresores quieren silenciar la voz profética de la Iglesia, que denuncia la injusticia y la violencia. Pero también hay una creciente amenaza debido a la persecución y la falta de libertad religiosa», explicó.
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Heine-Geldern consideró que «no hay lugar ni momento seguro», dado que los miembros del clero son atacados en sus propias casas y en las iglesias, así como en la calle o al salir de un banco, cuando caminan o viajan en un vehículo. «Los hay que fueron víctimas de disparos, apuñalamientos, machetazos y algunos fueron asesinados a golpes», aseveró. Enfatizó que ACN «está especialmente alarmada por la situación en Nigeria, donde se produjeron 2 de los asesinatos y 7 de los secuestros arriba mencionados —en el que las circunstancias de los ataques varían—». Recordó que uno de ellos fue el caso del sacerdote claretiano Izu Marcel Onyeocha, quien en abril pasado, cuando se dirigía a Owerri, en el sur de Nigeria, su vehículo sufrió una avería y al bajarse un grupo de presuntamente Pastores Fulani lo atacó con machetes, fue secuestrado y liberado a los 2 días. Otro país que preocupa es México, donde «al menos 3 sacerdotes y un catequista fueron asesinados en incidentes separados». En junio pasado, el sacerdote franciscano Juan Antonio Orozco Alvarado fue asesinado cuando se dirigía a celebrar la Misa, al quedar atrapado en el fuego cruzado entre bandas rivales.
ACN, desde la que denuncian aumento de crímenes contra sacerdotes y religiosos, afirmó que estos tipos de secuestros y asesinatos ocurren cada vez en más países, como Venezuela, Perú, Haití, Filipinas, Angola, Burkina Faso, Sudán del Sur, Uganda, Camerún y Malí. «Incluso en Francia, considerado un país seguro, el padre Olivier Maire fue asesinado el 9 de agosto por un hombre al que hospedaba en la casa de los misioneros en Saint-Laurent-sur-Sèvre, y que estaba en espera de juicio por ser sospechoso del incendio provocado en la catedral de Nantes», aseveró. «Cuando la seguridad es mínima y la situación es frágil, todo el mundo abandona los lugares, pero los sacerdotes, religiosos y misioneros laicos católicos se quedan. Su dedicación al servicio al prójimo los coloca en la línea de fuego. Por ello, necesitan más que nunca nuestras oraciones y nuestro apoyo», recordó Heine-Geldern.
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