El obispo de Córdoba, España, Demetrio Fernández, precisó que «el rezo del Rosario es una conexión sencilla e intensa con el corazón de María a lo largo de nuestras jornadas», en una carta en la que precisó que el inicio de septiembre en el país ibérico implica «el comienzo de curso, comienzo de una nueva etapa en muchos ámbitos, también en el ámbito pastoral, en la actividad de nuestras parroquias, en la vida de la Iglesia», como además son días de novena que los «preparan a la fiesta de la natividad de María, el 8 de septiembre».
Colabore con Verdad en Libertad
«María no es un objeto de lujo o un añadido superfluo. María ocupa un lugar central en nuestra fe y en nuestra vida cristiana, porque es la Madre de Dios y nuestra Madre. Ahí la ha situado su Hijo y nos la ha dado en el momento supremo. Acudamos continuamente a su intercesión, como un niño pequeño que necesita siempre a su madre», pidió el prelado. Recordó el lugar destacado de la Madre de Dios en las vidas de los 127 mártires cordobeses en la persecución religiosa del siglo pasado que serán beatificados en la catedral local el 16 de octubre próximo. «María ha estado a su lado en todo momento, y especialmente en el momento supremo de las torturas y de la entrega final», aseguró.
Fernández exhortó a cultivar la devoción a nuestra Madre. «Con la oración del Rosario, completo o por partes, que viene a ser como la oración del corazón: ‘¿Me quieres? Te quiero. Dímelo de nuevo’. Esa repetición continua de avemarías alegra a nuestra Madre, porque le recuerda a ella el momento culminante del anuncio del ángel. Esa repetición de avemarías serena nuestra alma y la dispone en actitud contemplativa para vivir la propia vida en esa actitud contemplativa que lo va recibiendo todo de Dios», enfatizó el obispo de España, al indicar que en el rezo del Rosario «esa repetición de avemarías permite pasar por nuestro corazón tantas personas, tantas necesidades, tantas intercesiones».
Puede interesarle: Arzobispo de Toledo pide el «respeto debido hacia la figura de María».