El rey de España, Felipe VI, realiza la ofrenda nacional al Apóstol Santiago en este Año Santo, en la solemnidad del patrón de España, el domingo 25 de julio. El rey asistió a la ceremonia junto a la reina Letizia y por primera vez con sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, presidió la Misa en la catedral de Santiago de Compostela.
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La ceremonia comenzó con la bienvenida del arzobispo de Santiago, Julián Barrio, a los reyes, sus hijas y resto de autoridades a la entrada de la catedral. Tras cruzar el Pórtico de la Gloria, y con la música de las chirimías, inició la procesión hacia el altar portando la imagen relicario del Apóstol, conocido como Santiago Coquatrix. Tras las lecturas y la proclamación del Evangelio, el monarca hizo la tradicional invocación en nombre del pueblo español. Felipe VI, que realiza la ofrenda nacional al Apóstol Santiago, exhortó a «la convivencia democrática», así como a la «unidad, la solidaridad y la concordia».
El rey se dirigió en gallego al Apóstol «que simboliza la unidad de España», y puso a su catedral —a la que volvió la ofrenda tras lo peor de la pandemia— como ejemplo de «una victoria de la esperanza sobre todas las negras sombras de las que se lamentaba Rosalía de Castro». La ceremonia concluyó con el saludo y el acto de veneración al Apóstol por parte de la familia real —el abrazo de costumbre fue sustituido por una reverencia por las restricciones por el COVID-19— y el ondear del botafumeiro por la nave de la catedral a los sones del himno del Apóstol Santiago.
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