Francisco exhortó a que «con nuestra oración y con nuestra vida demos gloria a Jesús», en su saludo a los fieles de lengua castellana, en la audiencia general del miércoles 16 de junio en el Patio de San Dámaso del Palacio Apostólico, en la que concluyó el ciclo de catequesis sobre la oración con el tema de ‘la oración sacerdotal de Jesús’. Reiteró que «ya somos acogidos en el diálogo de Jesús con el Padre, en la comunión del Espíritu Santo».
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«Hemos sido queridos en Cristo Jesús, y también en la hora de la pasión, muerte y resurrección todo ha sido ofrecido por nosotros. Y entonces, con la oración y con la vida, no nos queda más que tener valentía, esperanza, y con esta valentía y esperanza, sentir fuerte la oración de Jesús e ir hacia adelante, que nuestra vida sea un dar Gloria a Dios», precisó el Pontífice. Recordó que en esta serie de catequesis dedicada a la oración explicó «en varias ocasiones cómo la oración es una de las características más evidentes de la vida de Jesús». «Los Evangelios testimonian cómo la oración de Jesús se hizo todavía más intensa y frecuente en la hora de su pasión y muerte. De hecho, estos sucesos culminantes en su vida constituyen el núcleo central de la predicación cristiana», afirmó.
Nuestras oraciones se cumplen y se completan cuando intercedemos por los demás y nos hacemos cargo de sus preocupaciones y necesidades. La #oración no nos separa ni nos aísla de nadie, porque es amor para todos. #AudienciaGeneral
— Papa Francisco (@Pontifex_es) June 16, 2021
Enfatizó que «esas últimas horas vividas por Jesús en Jerusalén son el corazón del Evangelio no solo porque a esta narración los evangelistas reservan, en proporción, un espacio mayor, sino también porque el evento de la muerte y resurrección arroja luz sobre todo el resto de la historia de Jesús», tras explicar que «en Jesús no hay solamente bondad: está la salvación, y no una salvación episódica, sino la salvación total, la mesiánica, la que hace esperar en la victoria definitiva de la vida sobre la muerte». «Jesús reza en las horas decisivas de la pasión y de la muerte. Con la resurrección el Padre responderá a su oración. La oración de Jesús es intensa, la oración de Jesús es única, y también se convierte en el modelo de nuestra oración», consideró el Papa Francisco, que ratificó que «con nuestra oración y con nuestra vida demos gloria a Jesús».
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