Obispo Carrara en Diputados: «Podemos resolver los problemas sin arrancarle la vida a un inocente antes de que pueda defenderse»

El obispo auxiliar de Buenos Aires Gustavo Carrara, asesor de la pastoral de la villas, aseveró que «cuando se niega el derecho más elemental –el derecho a vivir– todos los derechos humanos quedan colgados de un hilo». "Si una ley puede definir en qué momento una vida humana puede ser eliminada, entonces todo queda sometido a las necesidades circunstanciales, a las conveniencias de los que tengan más poder, o a las modas culturales del momento", denunció.

El obispo auxiliar de Buenos Aires Gustavo Carrara, vicario para la Pastoral de Villas porteñas, pidió que no «organicemos un país en base al egoísmo disfrazado de libertad» y afirmó que «los argentinos podemos resolver los problemas sin arrancarle la vida a un inocente antes de que pueda defenderse», en su firme exposición virtual del miércoles 2 de diciembre, durante la segunda jornada de debate del proyecto de legalización del aborto que se desarrolla en el Cámara de Diputados. El presidente Alberto Fernández envió el 17 de noviembre pasado la iniciativa abortista al Congreso.

«Como pueblo somos capaces de apuntar más alto y de sostener un profundo respeto por la dignidad de los más débiles», enfatizó. El prelado aseveró que «la libertad no es un bien ilimitado, tiene el límite del otro» y que «la genética muestra que el embrión tiene un ADN distinto del de su madre y se mantendrá al nacer y durante toda su vida». «Cuando se niega el derecho más elemental –el derecho a vivir– todos los derechos humanos quedan colgados de un hilo», precisó. Además, denunció que «muchas veces los organismos internacionales que prestan dinero ‘sugieren’ políticas de control de crecimiento de la población» lo que apunta «a las villas y barrios donde en vez de reducir la desigualdad se reduciría así la cantidad de pobres».

«En qué se apoyaría la ley para decir: no es legítimo quitarle la vida a un ser humano cuando tiene más de 14 semanas, pero que sí se lo puede ‘interrumpir’ cuando tiene un día menos», alertó. «Si una ley puede definir en qué momento una vida humana puede ser eliminada, entonces todo queda sometido a las necesidades circunstanciales, a las conveniencias de los que tengan más poder, o a las modas culturales del momento. ¿No resulta muy peligroso correr arbitrariamente el comienzo de la vida de un ser humano?», cuestionó el prelado.

Carrara lamentó que cuando se habla de las villas o barrios populares «muchas veces se desconoce la cultura de la mayoría de las mujeres pobres». «Para ellas los hijos son el mayor o el único tesoro, y no son algo más entre muchas posibilidades que el mundo de hoy puede ofrecer. Eso explica que tantas mujeres pobres se desvivan trabajando mucho para poder criar a sus hijos», aseguró. Reiteró que «la salud no se puede alcanzar descartando a otro ser humano». «Por eso, para las mujeres de los barrios más humildes, el aborto es vivido como un drama existencial, personal y comunitario. Aquí se sigue una intuición muy profunda: no es humano favorecer a un débil en contra de otro más débil aún», indicó.

Intervención completa del obispo Carrara en Diputados.

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