Por Jennifer Almendras. Virgen de Guadalupe en Santa Fe
Nuestra Señora de Guadalupe despierta una gran devoción en los santafesinos que año tras año peregrinan hasta la basílica dedicada a la Virgen María en la provincia argentina. La celebración en honor a la Madre de Dios, en una de las advocaciones más difundidas y queridas en Iberoamérica, se realiza en Santa Fe el sábado de la segunda semana de Pascua —Solemnidad por concesión de la Santa Sede—, es decir, 15 días después de la Pascua, y no el 12 de diciembre, fecha en la que se conmemora a la Virgen de Guadalupe que se le aparece al indígena Juan Diego en el cerro del Tepeyac, en México.
En cuanto al origen de la veneración de los santafesinos a Nuestra Señora de Guadalupe se remonta al siglo XVIII. “En 1747, un sacerdote mercedario, el padre Miguel Sánchez, encontró, en la biblioteca del Convento de Mercedarios, una estampa representando la aparición de la Virgen de Guadalupe al indio Diego en el cerro del Tepeyac, México. Según cuenta la tradición, salió por la calle a buscar un cuadro para la imagen cuando una mujer desconocida le ofreció en venta un marco dorado con molduras, y el sacerdote la obtuvo. Acto seguido, colocó la imagen en el cuadro. Más tarde, con el permiso de los Setúbal, llevó la lámina de la Virgen al oratorio de los mismos. Este oratorio había sido construido a mediados del siglo XVIII, por el capitán Don Juan González de Setúbal, en campos de su propiedad, distantes a 5 km al norte del casco urbano y cerca de la laguna los Saladillos o laguna Grande (hoy laguna Setúbal). Desde entonces, la imagen de la Virgen empieza a ser venerada por los vecinos de la zona, y también de otros pueblos. Fue el primer panegírico de la Virgen de Guadalupe en Santa Fe, y es tan importante la Virgen que el lugar empieza a ser conocido como Villa de Guadalupe (hoy barrio Guadalupe Oeste)”, precisó el sitio LT10.
— BasilicadeGuadalupe (@GuadalupeSF12) April 17, 2018
Posteriormente, tras el fallecimiento de Juan González, la viuda deja a cargo del oratorio a su sobrino Francisco Javier de la Rosa, conocido como el ermitaño. “El pequeño oratorio estaba en mal estado, y a punto de desplomarse, por lo que Francisco procede a pedirle a su tía una fracción de terreno a que tenía cercano a aquel sitio, para erigir allí con sus propios recursos un santuario a la Virgen bajo la advocación de Guadalupe. La señora de Setúbal accedió a los deseos de su sobrino, quien el 4 de diciembre de 1779 empezó la obra. En 1780 ya estaba terminada, y se coloca en el altar la imagen de la Virgen a cuyo culto había consagrado su existencia, y un año más tarde el retablo tallado por su propia mano ocupaba el lugar correspondiente, teniendo alrededor grandes medallones al óleo en los que habían pintado la historia de la aparición de Guadalupe”, indicó. En 1899, el papa León XIII proclamó a la Virgen de Guadalupe, Patrona y Titular del entonces obispado de Santa Fe. El 14 de octubre de 1900 se realiza la primera procesión oficial por iniciativa de monseñor Boneo. Se trató de la primera peregrinación oficial, pero existen datos que hablan de procesiones anteriores, populares y espontáneas. En 1918, se consagró parroquia por pedido de los colonos de la zona, en la misma fecha que el prelado Juan Boneo, primer obispo de la diócesis, cumplía sus bodas de oro sacerdotales.
En 2018, el sacerdote Olidio Panigo, párroco de la basílica de Guadalupe, sostuvo que «no hay una respuesta definitiva» a la elección de la fecha festiva en la ciudad que fue finalmente establecida 15 días después de Pascua por el obispo Boneo, con autorización del Vaticano. «Acá en Santa Fe comenzó a hacerse una peregrinación en distintas fechas del año. Después ya en la segunda parte del siglo XIX comienza a celebrarse 15 días después de Pascua. Pero no era algo que estaba establecido definitivamente, por eso la primera peregrinación oficial que se realiza en el 1900 fue el 14 de octubre», contó.
«En diciembre estaba la cosecha del trigo y significaba bastante tiempo para la gente que tenía que aprovechar el clima también si ayudaba. Ese sería un poco el motivo humano, tratar de buscar una fecha que podría facilitar la participación de la gente. El otro es espiritual. En la iglesia uno de los preceptos dice confesar y comulgar al menos una vez al año para el tiempo pascual que son 50 días. Era una manera de favorecer que la gente pudiese cumplir con este precepto. Entonces, en su momento se pidió la autorización y por eso se celebra la Misa de la Virgen el sábado y el domingo se celebra la misa de Pascua (Pentecostés) y se hace la peregrinación», indicó Panigo, al explicar a ‘Uno Santa Fe’ los 2 motivos para este cambio de la habitual fecha de celebración.
Foto principal: Facebook Basílica de Guadalupe Santa Fe (página oficial).
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