Más de 150 personas, entre ellas 22 cristianos, fueron asesinados por islamistas durante un atentado en la aldea de Barsalogho, en Burkina Faso, el 24 de agosto pasado, tal como indicaron fuentes locales a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada. Es el tercer ataque de este mes y uno de los más sangrientos en la historia del país de África Occidental.
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Suscríbase al boletín de VenLLos residentes de la comunidad de Barsalogho, a unos 30 kilómetros al norte de Kaya, capital de la región Centro-Norte, estaban cavando trincheras defensivas para protegerse de los ataques cuando de repente más de 100 islamistas aparecieron en motocicletas y dispararon a la gente, civiles y soldados por igual. Entre las víctimas habría mujeres, niños y ancianos.
El número de masacrados fue tan alto que no fue posible enterrar a todas las víctimas en los últimos 3 días. El obispo de Kaya, Théophile Nare, aseveró que el ataque fue «tragedia de dimensiones sin precedentes desde el comienzo de los ataques terroristas». El prelado invitó a 3 días de oración intensiva para «reparar todos los ataques a la vida humana» en los que se derramó la sangre de personas inocentes.
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