12 cardenales asiáticos, miembros de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia (FABC), firman un comunicado en el que piden por la paz en Birmania, dirigido al cardenal y arzobispo de Yangon, Charles Bo. Los purpurados pretenden manifestar su solidaridad con los líderes religiosos del país, tras el golpe de Estado que depuso en febrero pasado al gobierno civil de Aung San Suu Kyi y la represión de las manifestaciones en distintas ciudades de Birmania.
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Suscríbase al boletín de VenL«Nos unimos a usted mientras dirige a su pueblo en la oración a Dios por una pronta resolución del conflicto y para que todos puedan ver el camino hacia una solución condenando la violencia militar contra civiles inocentes», indicaron. El texto fue firmado por los cardenales Malcolm Ranjith de Sri Lanka; Oswald Gracias de India; Thomas Aquino Manyo Maeda de Japón; Francis Xavier Kriengsak Kovithavanij de Tailandia; Cornelius Sim de Brunei; Ignatius Suharyo de Indonesia; Orlando Quevedo de Filipinas; John Tong Hon de Hong Kong; George Alencherry de la Iglesia siro malabaresa en India; Baselios Cleemis Thottunkal de la Iglesia siro-malankaresa en India; Patrick D’Rozario de Bangladés; Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun de Laos.
Los purpurados aseveraron, al dirigirse a los líderes del golpe militar, que «hay demasiada ira, demasiada violencia, demasiado derramamiento de sangre, demasiado sufrimiento y dolor infligido a un pueblo amante de la paz que sólo busca la unidad, la armonía y una oportunidad de progreso en libertad». «Por favor, entablen un diálogo para encontrar una solución, un camino a seguir. La imagen de una mujer religiosa arrodillada en las calles de Yangon y suplicando la deposición de las armas está grabada en la mente del mundo», recordaron los 12 cardenales asiáticos que firman el comunicado, en el que aseguraron su plena confianza en el pueblo no violento de Birmania. «Asia es un continente de paz y esperanza, de cordiales lazos familiares. Somos una familia. Todos queremos ayudar. Pero hay que empezar a hacerlo en casa. La paz es posible», ratificaron.
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